Contrario a lo que muchos creen, la bisexualidad es una orientación sexual en la que una persona se siente atraída hacia su mismo género y hacia otros (manifiesto bisexual, 1990), no tiene nada que ver con los genitales, sino con las personas. En definitiva, a los bisexuales nos gusta todo el mundo, excepto si atentan contra los derechos LGTB, entonces esa gente no nos gusta ni para compartir paraguas, en medio de una tormenta, perdidos en el lugar más recóndito del mundo.

 

Todavía hay muchos estereotipos que nos persiguen en nuestro día a día, que nos invisibilizan y nos entorpecen el camino. Por ello aquí van unos consejos sobre lo que no debes asumir, ni decirle a alguien que pertenezca a la B del colectivo. 

 

1-. Solo te atraen hombres y mujeres cisgénero.

Es verdad que el concepto de la bisexualidad puede llevar a error por el nombre, ya que en el momento en el que fue acuñado, la diferencia entre sexo y género no estaba tan clara, al igual que no lo estaba tampoco la existencia de los géneros no binarios; sin embargo, tras el su “descubrimiento”, el término se hizo inclusivo para todas estas nuevas identidades. Diferenciar a las personas por sus genitales, no sólo es tránsfobo, sino que es preocupante. No sé vosotros queridos lectores y lectoras, pero yo no voy por la calle bajándole los pantalones a todos los que se me ponen delante.

 

2-. Es una fase, te vas a acabar decantando.

Ser pequeño y creer en Papá Noel: eso es una fase.

Ser adolescente y tener la edad de pavo: es una fase (y menos mal que lo es).

Ser lesbiana, gay o bisexual y creer que eres heterosexual: eso sí que es una fase.

Hacerte un cambio de look o cortarte el cabello creyendo que así se te van a solucionar los problemas: eso también es… espera, a lo mejor esa fase todavía no logramos superarla…

La sexualidad no es como una ruleta en la que hay 3 opciones y te toca una al azar, no se elige.

 

3-. Tú lo que eres es un vicioso infiel.

Las personas bisexuales no son más promiscuas que las homosexuales o que las heterosexuales, la promiscuidad es una característica propia de cada individuo, y no debería tener una connotación negativa, porque la gente es libre de vivir su sexualidad como le parezca; no como en Arizona, estado en el que es ilegal tener más de dos vibradores, a lo que yo me pregunto, ¿quién habrá hecho esta ley? y ¿cómo la supervisan? ¿Hay algún tipo de revisor de vibradores?… Volviendo al tema, si tú eres infiel es por tus valores éticos y morales, no le eches la culpa a la sexualiad.

 

4-. Entonces ¿tú eres poliamoroso/a?

No Jose Alberto querido, que te gusten las personas no significa querer estar con todas a la vez. La monogamia o el poliamor no dependen de la orientación sexual, por ejemplo, también se puede ser heterosexual y poliamoroso. Además no por el hecho de que te atraigan los hombres y las mujeres, signifique que te va a gustar todo el mundo, ni que vas a querer tener sexo con todas las personas que se crucen en tu camino. Es bisexual, no hipersexual.

 

5-. Eres mitad homo, mitad hetero, por eso te gustan mujeres y hombres 50/50.

Adiós la peluca. Todo mal con esta frase. Mitad nada, 100% bisexual, y no nos tienen que gustar los hombres y las mujeres a partes iguales para serlo; por lo que tú, querido lector o lectora, si te consideras heterosexual y te has sentido atraído por una persona del mismo sexo, aunque sea solo una vez: ¡ Sorpresa! eres bisexual. No eres heterocurioso (no estás todo el día buscando e investigando cosas en la Wikipedia) ni eres heteroflexible (no estás poniéndote el codo en la espalda o el pie en la nuca, cada vez que vas a tener sexo).

 

6-. Cómo ligas eh, normal, tienes mucho más donde elegir.

Haciendo cuentas matemáticos, esta oración puede resultar hasta lógica, pero hay un pequeño gran fallo de cálculo, primero que las personas tienen gustos variados (y tú puede que no estés dentro de ellos) y segundo, que se nos da mal ligar, esto es un hecho. Las nuevas generaciones se nos da regular eso de la interacción social, así que como recomendación, no le digáis esto a la gente en general, dado que a lo mejor llevan años sin ligar, y os podéis ganar un bloqueo o una mirada asesina.

 

7-. La bisexualidad está de moda.

Si esto fuera verdad, elegir tener un modo de vida más difícil sería estúpido, ya que los bisexuales están doblemente marginados. Primero por el propio colectivo LGTB, y luego por por la heteronorma. Los hombres bisexuales no son gays encubiertos, ni las mujeres bisexuales están para satisfacer las fantasías sexuales de los hombres. Así que si quieres hacerte un trío solo por el morbo de estar con alguien bisexual, hazlo con tu tío, que ya estamos hartos y hartas de la híper sexualización. 

 

¡Qué viva la diversidad!

 

Angie Meneses/Madrid