A veces son pequeñas cosas, pequeños gestos que vamos pasando por encima día tras día, rutinas que adaptamos a nuestro días, que nos hacen daño, que son claras señales de que algo no está funcionando y tomamos como normales, pensamos que forman parte de la ‘normalidad’ de persona y no, nada más lejos de la realidad.

  1. No puedes dormir por la noche porque no dejas de darle vueltas a tu cabeza. Cuando somos incapaces de dormir algo no va bien, es normal llegar a la cama y tomarse unos minutos para repasar el día, saber qué hemos hecho y pasar un ratito con nosotras mismas. Lo que no es normal es que por ley tardes en dormirte horas, que seas incapaz de desconectar de todo lo que te está pasando y no descanses como deberías. 
  2. Te pongas lo que te pongas nada te queda bien. Esto es un problema serio y no lo podemos tomar como ‘es que a mí siempre me ha pasado’. Es normal que te guste más una ropa que otra, que una te sientas mejor y que otra te haga sentir menos bonita, pero de ahí a que absolutamente nada de lo que tienes en el armario te haga sentir atractiva es una clara señal de que algo no va bien. 
  3. Te comparas de manera inconsciente con absolutamente todo el mundo. No te das ni un respiro, todo el rato piensas que te todo el mundo es mejor que tú, la chica de tu clase, la de tu trabajo, la instagramer de turno o incluso tu vecina. Ya no hay filtro, cualquier ser humano sobre la capa de la tierra tiene mejores virtudes que tú y no puedes dejar de pensar ‘ay, si yo fuera así…’
  4. Te miras al espejo y no te gusta lo que ves. Y es que te quedas ahí estancada en la superficie, no te miras a los ojos y no eres capaz de mirar lo que hay de piel para dentro. Te detienes solamente es los defectos físicos que probablemente tú ves más que nadie, te entretienes en encontrar partes de tu cuerpo que no te gustan en lugar de centrarte en las que te hacen brillar más que el resto. Es normal que haya parte de nosotras que no nos hagan sentir la mejor persona del mundo, pero solamente mirarlas a ellas es una clara señal de que no, que hay algo que no. 
  5. La opinión de cualquier persona pesa más que la tuya. Sobre absolutamente cualquier cosa, sea cual sea el tema. Todo el mundo es más listo que tú, piensan mejor que tú y tienen opiniones más válidas que las tuyas. Pues no, cariño, de eso nada y mucho menos cuando se trata de cosas que giran en torno a tu vida, a tu forma de ser y a tu forma de vivir. 
  6. Eres incapaz de pasártelo del todo bien. Estás en cualquier espacio cómodo, rodeada de gente a la quieres y te hace sentir bien o sola, haciendo algo que realmente te gusta. Sientes que todo está orden, que no estás pensando en nada que esté mal y cuando menos te lo esperas, justo ahí, en la cresta de la ola un pensamiento negativo te cruza la mente y te arruina el momento. Eso no es normal cariño, no lo es. 
  7. Piensas que todo el mundo te mira a ti. Ya sea en clase, en el trabajo, paseando por la calle, en el supermercado o en cualquier superficie del planeta tierra. Sientes las miradas de la gente clavadas en tu cogote y siempre las interpretas como miradas llenas de juicios, de prejuicios y de opiniones negativas, nunca crees que nadie te mire de manera bonita. 
  8. No te terminas de creer que alguien te quiera de verdad. No te crees digna de merecer que alguien te quiera de verdad, ni amigos, ni familia, ni pareja. Tienes la sensación de que todo es por pena o por algún motivo oculto que no terminas de entender, pero jamás llegas a sentirte querida del todo. 

Si por lo que sea te pasa alguna de estas cosas, no tienen por qué ser todas, con que sean un par de ellas ya es claro síntomas de que necesitas ayuda para aclararte las ideas, el subconsciente y un poco el corazón. No tengas miedo en acudir a alguien en quien confíes, en pedirte cita con un psicólogo aunque sea por Skipe e intentar hacerte a ti misma un poquito más feliz.

El camino del amor propio es largo y duro de recorrer, pero una vez que lo has conseguido ya no hay marcha atrás.