En el mundo hay dos tipos de personas: las que odian el sexo en la ducha y las que lo amamos. Reconozco que tiene muchos contras, sobre todo que se te enfríe el culo, pero si lo haces bien puedes echar el polvazo de tu vida. Por eso hoy os traigo los consejos definitivos para follar en la ducha, y que conste que los he aprendido a base de resbalones, orgasmos fallidos y jabón en los ojos.

  1. Busca un punto de agarre

En IKEA venden muchos aparatitos con ventosa para el baño, y la verdad es que aguantan bastante bien. De todos modos siempre puedes recurrir a la mampara de la ducha que es más resistente que cualquier aparato con ventosa.

Ten en cuenta que la ducha no es el lugar ideal para hacer posturas dignas del circo del sol porque igual te pegas el hostión de tu vida, así que la improvisación dejémosla para la cama.

  1. La postura definitiva es…

Tiene muchos nombres, entre ellos “los pies en la tierra”. Si ves que le cuesta metértela de esta forma, puedes agacharte un poquito hacia delante apoyando tus manos en la pared.

A mí me parece la postura más cómoda y sobre todo la más segura.

  1. El agua no lubrica

Si no sueles lubricar fuera de la ducha, dentro lo harás menos. Básicamente el agua puede provocar más fricción, así que lo mejor que puedes hacer es llevar el lubricante al baño y darle caña.

  1. Poned una alfombrilla de ducha o cualquier cosa para no abriros la cabeza

Igual unos patitos quedan cutres, pero en Amazon (y seguramente en mil sitios más) venden tiras con adhesivo para pegarlas al suelo de la ducha y que así no os resvaléis. Mejor prevenir que curar.

  1. Usa la alcachofa que para algo está

La alcachofa de la ducha es el mejor invento del mundo moderno. Y si la tuya es un truño te aconsejo invertir y comprar otra. La mía es del Aldi y me costó 8 euros en una promoción, y tiene 3 chorros diferentes que me hacen morir de placer. Total, que si puedo disfrutar de la alcachofa en soledad por qué no hacerlo también cuando estoy acompañada.

 

  1. Si bebes, no folles en la ducha

Vamos a pensar un poquito… Si bebes es bastante probable que pierdas estabilidad, y la ducha es un lugar peligroso para las personas patosas. Con esto quiero deciros que no mola nada ir al hospital a las 3 de la mañana con una borrachera del copón y una herida en la frente porque te entró el calentón y quisiste bajarlo en la ducha de casa. De verdad, no lo hagáis.

  1. Que el jabón no entre JAMÁS en tu chirri

Me parece bastante tonto dar este consejo, pero imagínate que te está enjabonando tu churri. Empieza por el cuello, baja por la espalda y luego pasa a la parrusa. Tiene las manos llenitas de gel de ducha, y empieza a masturbarte. Después te mete un dedo. Después el pollón.

Inevitablemente va a entrar jabón en tus partes íntimas, y esto puede desequilibrar tu flora bacteriana haciéndote más propensa a infecciones y hongos. Por eso SIEMPRE debes aclararte el jabón con agua antes de que te metan nada por ahí abajo.

  1. La ducha es el lugar perfecto para sacar a relucir tus fantasías más ocultas

Efectivamente, estoy hablando de la lluvia dorada. Si tenías pensado probar esta práctica sexual (tan lícita como cualquier otra), la ducha es el lugar ideal. Más higiénico imposible. Además, casi todos tenemos ese reflejo que hace que nos entren ganas de mear cuando nos metemos bajo la alcachofa. Todo son ventajas.

¿A ti te gusta el sexo en la ducha o mejor en la cama? Deja tu opinión en comentarios.