Cuando decides compartir tu vida con una persona son muchas las cosas que tienes que valorar y tener en cuenta, ya que para esto, no te vale “lo primero que se te cruce en esta vida”.

El hecho de escoger pareja o el hecho de tenerla o no, siempre está acompañado no solo por una fuerte presión social, si no que le rodean una serie de mitos y falsas ideas de cómo debería ser una relación y como debes preferir estar con alguien a estar sola sobre todas las cosas.

 

Elegir estar soltera no es un estigma ni mucho menos, pero llegados a ciertos puntos de la vida la presión crece y crece o incluso es algo que has podido sentir desde el momento en que empezaste a tontear con chicos, y esto es bastante peligroso.

Todas conocemos el caso de esa mujer increíble y maravillosa que lo tiene todo y más y termina desviviéndose por alguien que no le llega ni a la suela del zapato.

Si nos ponemos a hacer un poco de introspección veremos que muchas veces esas mujeres hemos sido nosotras mismas, en el pasado o en el presente.

Cuando te conformas con menos de lo que te mereces, terminas teniendo una relación de cara a los demás y otra la que realmente vives, porque claro, si contaras a tus amigas o tus familiares como es él realmente, le cogerían manía, y mucha, pero tú no quieres eso…

Es cuando empiezan las justificaciones a ti misma, “está atravesando una mala época en su vida y es normal que se comporte así” o el tipico, “tiene problemas emocionales me necesita más que nuca”.

No cariño, no te necesita a ti, necesita un buen psicólogo y dedicarse a trabajarse el mismo en cuerpo y alma y mientras tanto te tiene que dejar a ti en paz.

Cuando te encuentras en medio de esta relación, ves que las partes malas se apoderan de casi todo los ratos, casi todas las discusiones las inicia él y tú ya no sabes ni por qué, terminas yendo por la vida de puntillas para que nada le moleste y aun así no es suficiente.

De repente el tiene esos “pequeños” detalles que tú sin darte cuenta los vuelves como la cosa más importante del mundo, pero que realmente son cosas NORMALES que todas las relaciones deberían tener y si para ti es algo extraordinario y a destacar es que no te están tratando como tú quieres y te mereces.

Es decir, ese día que sabe de sobra que es especial para ti, decide comportarse, que no es lo mismo que estar a la altura eh, decide ir a esa cena con tus padres o a esa barbacoa con tus amigos o te acompaña a ese evento que es tan importante para ti, ojo TE ACOMPAÑA, decide regalarte su presencia pero su nivel de interacción sabes que deja mucho que desear.

Pero ahí te encentras tú, feliz de la vida, porque tu pareja se ha dado cuenta que ese día era tan importante para ti y ha antepuesto a todo lo que él quería para compartirlo contigo, y así, te quedas más tranquila dándote esa explicación que ni tú terminas de creerte.

Todos estos aspectos se traducen finalmente a toda vuestra relación, y sin darte cuenta te ves tirando tú sola de algo que no sabes a donde te va a llevar, lo único que tienes claro es que le quieres, que le quieres con todo tu alma y que no puedes dejar escapar ese gran amor del que todos hablan porque de seguro que no lo volverás a sentir jamás.

Pero te contaré un secreto, así entre tú y yo, ese “amor” que sientes por esa persona, y sí, te lo pongo entre comillas, no es un amor bueno ni sano y tampoco es un amor de verdad.

Realmente lo que tienes es dependencia, muy confundida con esos sentimientos románticos del que todo el mundo habla, porque durante toda tu vida te han dicho que el amor complementa, que es sacrificio, que es estar por y para la otra persona y es entregarte en cuerpo y alma.

Y que pasa cuando llevas meses, años, media vida, entregándote de esa forma a ese amor tan verdadero que tienes, si te paras a pensar en ti misma verás en el fondo, tristeza (y mucha), si te pones a calibrar tu autoestima no sabrías ni por donde colocarla y muchos aspectos negativos que poco o nada te compensan.

Finalmente aparece ese vacío, que tanto tiempo ha estado dentro de ti y que has intentado llenar con todos esos cariños y cuidados hacia él, que solo te han vaciado más.

No es responsabilidad tuya cuidar hasta ese nivel de tu pareja, ni cambiarle, ni que mejore como persona, eso es únicamente cosa suya, tú le puedes acompañar durante todo ese proceso, pero no asumas sus cargas como tuyas, porque finalmente te hundirás sola o con él.

Piensa simplemente, todas esas cosas que él te hace a ti, te dice o te hace sentir, ¿tú serias capaz de hacérselas a él?, si la respuesta es que no, ya sabes que la forma que está teniendo él de tratarte no es la adecuada.

Lo difícil está claro, es salir de ahí, porque ¿Cuántas veces lo has pensado o lo has intentado? Unas pocas ¿verdad? Pero siempre aparece otra vez, diciéndote lo mucho que te quiere y lo poco que te merece, que sabe que no es bueno para ti pero no puede alejarse de ti.

¿Existe una declaración de amor más potente que esa?

Claro que no existe, pero no te confundas, la declaración de amor se la está haciendo él a sí mismo, porque sabe que no es bueno para ti pero como le haces sentir bien o mejor antepone su bienestar a tus necesidad.

Si te quisiera de verdad, sabiendo que no es bueno para ti, te antepondría, porque querer bien es eso, anteponer la felicidad del otro sabiendo que no eres bueno y por tanto se alejaría de ti para que tú fueras todo lo feliz que él te dice que mereces.

Conformarte con migajas es vender tu afecto y al final tú autoestima a un precio muy bajo, y te puedo asegurar que tu bienestar no tiene precio.

Hay una frase muy sabia que dice “aceptamos el amor que creemos merecer”, pues es hora de que te preguntes ¿qué amor te mereces tú?

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

correo: [email protected]   instagram: @aidavallesconsulta_