ALGUNAS FORMAS DE PREVENIR UN TCA EN CASA 

Voy a empezar este texto que me resulta tan útil con una descripción simple y breve de lo que se conoce como TCA, por si alguien todavía no sabe a que se refiere esta sigla.

TCA significa Trastorno de la Conducta Alimentaria, un conjunto de trastornos que se caracterizan por comportamientos, emociones o creencias que se manifiestan a través de una alteración de los hábitos alimentarios y de las conductas de control de peso que dañan la salud o el funcionamiento de una persona. Dentro de este grupo encontramos algunos trastornos comúnmente conocidos como por ejemplo la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa, y otros menos conocidos como el trastorno de pica o el trastorno de rumiación, entre muchos más. 

Estos trastornos son más frecuentes en mujeres jóvenes que en hombres y adultos en general, pero no debemos olvidar que estos últimos grupos también pueden experimentarlos, así como que cada vez aparecen en edades más tempranas. 

Por suerte, se conocen algunos factores de riesgo para el desarrollo de estos trastornos, así como formas de prevenirlos en diferentes contextos. En este post, vamos a hablar sobre qué podemos hacer en casa para prevenir la aparición de un TCA. 

Para ello, considero esencial comenzar hablando de los factores de riesgo familiares para la aparición de un TCA. Estos son los siguientes: 

– Convivir con una familia que concede una gran importancia a la imagen externa

– Tener padres/madres con altas expectativas para sus hijos 

– Existir antecedentes familiares del trastorno 

– Tener familiares directos que realizan dietas continuamente 

Entonces, ¿cómo podemos prevenir un TCA en casa?

Como es obvio tras lo que os acabo de contar, intentar minimizar al máximo los factores de riesgo. Pero también se pueden llevar a cabo otras acciones:

Tomar conciencia de la propia actitud hacia el cuerpo: Es decir, pararnos a pensar cómo nos comportamos hacia nuestro propio cuerpo y hacia el de los demás. Reflexionar acerca de si comentamos delante de nuestros hijos e hijas que estamos echando culo, que tenemos que comer menos, o directamente lanzamos oraciones como “me he encontrado hoy con la Laura y está de buen ver, se nota que este verano ha disfrutado comiendo”. Si hacemos este tipo de cosas, pues ya sabéis, es el momento de trabajar para dejarlo a un lado. 

 

Comidas en familia: Es muy importante que los miembros de la familia coman juntos siempre que sea posible, puesto que esto fomenta que nuestros hijos/as no lleguen a pensar en realizar conductas como como tirar la comida porque saben que vamos a estar delante; y además, nos proporciona oportunidades para alarmarnos si vemos algo extraño, como por ejemplo que se deje la comida en el plato durante varios días seguidos. 

Alimentación estructurada: También resulta clave establecer una buena alimentación en casa, ya sabéis, 5 comidas al día, alimentación saludable, etc. 

Promover la expresión de sentimientos en el entorno familiar: Es crucial que nuestros hijos/as confíen en nosotros a la hora de transmitirnos sus sentimientos, de este modo, podremos saber si no se sienten agusto con su cuerpo, antes de que se llegue a desarrollar el trastorno o que este avance hacia un estadio más grave. 

Promover una actitud crítica frente a las imágenes de los medios de comunicación o redes sociales: Esto es, compartir opiniones y debates en familia acerca de que la delgadez no garantiza el éxito, algo que nos han metido en la cabeza desde siempre. Del mismo modo, se pueden tratar otros temas como los retoques fotográficos que se realizan en revistas, publicaciones en redes sociales, etc. 

Fomentar la autoestima no basada en la apariencia: Es decir, enseñar a nuestros hijos/as a valorar sus capacidades personales y facilitar la confianza en sus cualidades, halagando sus méritos más allá de lo guapos/as que están o lo bien que les sienta una prenda de ropa. 

Además de los factores de riesgo familiares, existen otros individuales que hay que vigilar, como la realización de dietas rígidas, la tendencia al perfeccionismo o la práctica de deportes de riesgo (como por ejemplo la gimnasia rítmica), entre otros muchos más. Estos son solo algunos consejos de prevención, pero es importante que sepáis que ante cualquier indicio de la presencia de un TCA es crucial asistir a un profesional especializado, puesto que son trastornos muy complejos y que necesitan de abordaje profesional.

 

Inés