Como madres nos pasamos media vida intentando educar y dar ejemplo a nuestros hijos. Pretendemos ser siempre nosotras las que, como adultas responsables, hacen todo correctamente demostrándoles así a los churumbeles lo que está bien y lo que está mal.

A veces da la impresión de que nuestra edad nos da ya el poder de la sabiduría plena. Parece que aquel dicho de ‘más sabe el Diablo por viejo que por Diablo‘ tenga que reproducirse siempre al pie de la letra. Y voy más allá, es como si un chicuelo en edad de aprendizaje de la vida no nos pudiese dar una lección ética o moral, ‘¡esta juventud ya no respeta nada! ¿A dónde vamos a llegar?

Todo esto ocurre ni más ni menos por ese menosprecio que se le tiene siempre a los pequeños por el mero hecho de serlo. Subestimamos a los niños creyéndonos con el don de tener siempre la última palabra y nos congratulamos dando el visto bueno a sus comportamientos aunque no nos lo hayan pedido.

Hasta que llega el día, ese en el que nuestro hijo o hija nos da el ‘zasca‘ de nuestras vidas a la vista de todo el mundo. Nosotras, con lo que hemos sido, que creemos tenerlo todo atado y bajo control… y resulta que una pre-púber que todavía está empezando a volar del nido, nos deja sin palabras y sin un ápice de razón.

Esto al menos es lo que le ha ocurrido hace pocos días a la conocida actriz Gwyneth Paltrow, que ante toda su comunidad de seguidores de Instagram ha tenido que hacer frente a la reprimenda de su querida hija Apple. Tan solo catorce añitos le han hecho falta a la pequeña para dejarle claro a su madre que no quiere que su imagen se difunda a través de las redes sociales de nadie.

 

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Una publicación compartida de Gwyneth Paltrow (@gwynethpaltrow) el 24 Mar, 2019 a las 12:12 PDT 

Paltrow publicó en su perfil una bonita instantánea de ambas preparadas para esquiar y el retoñito pronto reprochó a su madre que hubiese publicado la fotografía sin su consentimiento. La actriz intentó quitarle hierro a la disputa respondiéndole que apenas se le veía la cara, pero está claro que ya sea con gafas, casco o sombrero… Apple no quiere ser el centro de las miradas de desconocidos sin su aprobación, y eso es fantástico.

Muchos de los adultos de hoy en día vivimos las redes sociales con una naturalidad tan inmensa que hasta obviamos por completo los peligros a los que nos exponemos con ciertas acciones. Actualizamos estados comentando minuto a minuto dónde nos encontramos, publicamos imágenes de menores sin filtros de ningún tipo o enviamos información confidencial a través de canales nada seguros.

Todo esto porque conocemos el medio pero no el entramado ni las consecuencias de usarlo. Nosotros, que nos criamos cuando la telefonía móvil era solo para ricos e internet sonaba como una bicicleta oxidada. Así que pasen los años que pasen todo lo que llega a nuestras manos será lo más y tendremos que estar ‘in‘, ¡qué todavía somos jóvenes!

Pero ellos, esa nueva generación que se está educando y criando en la era digital, parecen estar mucho más concienciados con aquello que a nosotros nos falta. Vetan sus perfiles permitiendo solo la entrada a sus amigos y, a pesar de vivir continuamente conectados, lo hacen sin presiones y omitiendo la necesidad de volcar toda su realidad en ello. ‘Redes sociales sí, pero para lo que me interesa‘.

Además, aquí todos hemos sido adolescentes, ¿y a cuántos nos gustaba que nuestras madres airearan nuestras fotografías delante de sus amistades? Yo me estoy imaginando a mi señora madre actualizando su perfil con imágenes mías en plena edad del pavo y ya me estoy volviendo loca.

En la cuenta de Gwyneth muchos fueron los que apoyaron a la pequeña Apple Martin, Si tu hija ya te ha pedido que no difundas sus fotos, ¿por qué lo haces igualmente?. Hace unos meses hablábamos de este tema en otro post y efectivamente también destacábamos que pronto llegarían las quejas de muchos adolescentes hartos de que sus padres no respetasen su intimidad. Y aquí lo tenemos, los primeros coletazos de la que se augura será una auténtica revolución de hijos contra padres.

Desde mi punto de vista, como mamá, jamás pasaría por alto una petición tan seria y tajante como la que Apple hizo a su madre. Encuentro completamente comprensible y lógico que cualquier persona quiera mantenerse al margen de la opinión pública, y cuánto más ante una comunidad tan amplia como lo es la que sigue a la actriz.

No serán pocos los que echen en cara a Apple que ella misma publique fotografías en sus redes y que ahí no tenga reparos en mostrar su cara. Y una vez más habrá que explicar el concepto de libertad que cada uno tiene con su cuerpo, su imagen y con todo lo que nos rodea y nos pertenece. Que somos nosotros mismos los que elegimos dónde, cómo o cuándo nos exponemos, y que hacerlo en alguna ocasión no le da derecho a nadie a airear nuestra intimidad.

Quizás este solo sea un leve ejemplo de lo mucho que nos queda por aprender, ya seamos adultos o no. La ética no sabe de edades, y doy por sentado que en muchos aspectos sociales los que vienen detrás seguro, nos darán cien mil vueltas.

Mi Instagram: @albadelimon