Ayer mismo una seguidora nos avisaba de un terrible caso de gordofobia en el nuevo programa de La Sexta. Así que cual Gloria Serra en Equipo de Investigación me dispuse a aclarar los hechos. El programa dirigido por Alfonso Arús (ni una mijita de egocentrismo, Alfonso) se emite desde bien temprano y va recorriendo un amplio tramo de secciones. Pasan de dar el tiempo a comentar una serie de la cadena, todo ello aderezado por los comentarios de al menos 8 colaboradores y las imitaciones de la gran Leonor Lavado. En una de estas secciones, el martes 17 de octubre, fueron a para en el programa La Báscula, de Tele Madrid.

Vaya por delante que a mí La Báscula me gusta más bien poco. Ya conocía el formato por Canal Sur y a mí eso de que hagan cuatro equipos de gordos y los reten entre ellos para ver quien pierde más peso pues como que no me termina de convencer. Sobre todo por el morbo sensacionalista que lo impregna todo. Pero, oye, que si tu quieres perder peso y crees que esa es la mejor opción pues ¡ole, tu! Vaya también por delante que un programa cuyo presentador tiene una sonrisa siniestra en su cara de manera permanente pues tampoco es muy de mi agrado (se me habrá pegado eso de odiar de Emma durante la Gordicón).

Aclarado todo esto, ¡vamos a los hechos! Resulta que en el programa presentado por Luján Argüelles (pobre mía, con lo bien que lo hacía en QQCCMH) habían retado a todo los concursantes a perder 22kg entre todos. Según parece lo han conseguido y eso es lo que comentaban en el programa de Arús. Los concursantes lo han conseguido poco a poco, es decir, alguno de ellos sólo ha perdido 500gr en una semana. Cosa que al parecer le hace mucha gracia a los colaboradores de Alfonso. Una de ellas, muy simpática por cierto (ironía modo on), se mofa diciendo que si en las primeras semanas sólo pierde eso que es cuando se pierde más, ¿qué será de ellos en el futuro? Pero, mujer, ¿qué maldita idea tienes tú del tiempo que lleva ese señor o esa señora a dieta? Porque, oye, lo mismo lleva toda su vida a dieta y ya tiene el metabolismo atrofiado de tanto pollo con lechuga.

Otra de las colaboradoras decía directamente algo como:

“A estos les tienen que coser la boca directamente para perder peso”

Muy bien. ¡CLARO QUE SÍ, GUAPI! Bien ahí de gordofobia. Todo esto, por supuesto, entre risas y chascarrillos del resto de colaboradores y del presentador, cuya mandíbula va a desencajarse en cualquier momento.

Televisión de calidad, si señor. Vale que La Báscula sea un programa de lo más sensacionalista donde visten a los concursantes cual morcillas para marcar bien de mondongo y se nutra del sufrimiento de los mismos. Vale que hacer morbo de eso y mostrar la pérdida de peso como una lucha titánica y la gordura como el mal del mundo tampoco sea lo más idóneo para un programa de televisión. Pero nada de esto justifica la falta de respeto de todo el equipo de Arusitys hacia los concursantes de La Báscula. Porque esos concursantes están exponiéndose a la opinión pública y dejándose la piel para conseguir bajar de peso. Recordemos que según nuestra sociedad lo idóneo es que los gordos bajemos de peso. Es más, según nuestra sociedad, todos los gordos deberíamos hacer dieta y deporte sin pensar en nada más, justo lo que hacen los concursantes de La Báscula. Entonces ¿a qué viene ahora mofarse de ellos? ¿Porque sólo hayan perdido 500gr? Han perdido, que es lo que cuenta, ¿no?

Parece que para los colaboradores de Arusitys no es suficiente. Y creo que lo que pasó en el programa es fiel reflejo del resto de la sociedad. Toda persona con sobrepeso, mucho o poco, se siente “obligada” a adelgazar. “Por salud”, eso sí. Y cuando nos ponemos a adelgazar y no perdemos lo que ellos consideran suficiente resulta que debemos cosernos la boca. Sin mirar absolutamente nada más. Porque puede que hayamos cogido peso porque estamos ganando masa muscular. O puede que la dieta que estemos haciendo no sea la que realmente nos funciona. Porque, amiguis, el combo pollo plancha / lechuga no siempre funciona.

Aún así, todo esto da igual. La conclusión es que no puede haber personas gordas en el mundo. Cuando empecemos a engordar lo que debemos hacer es cosernos la boca o vomitar todo lo que comamos, que cada uno elija. Oye, ¿qué luego tenemos trastornos alimenticios? ¿Qué se mueren niñas de bulimia o anorexia? ¡Da igual! Al menos no tendremos gordos en el mundo.