Es curioso cómo Telecinco es la cadena más criticada, al igual que sus programas, toda esa telebasura que nadie soporta, pero que bate récords de audiencia —no sabemos gracias a quién, porque nadie lo ve.

Yo admito muy tranquilamente que veo ese canal y veo los programas que echan. Que sí, que es mierda, pero es la mierda que me ayudó a no perder la cabeza.

Parece que, si no ves películas checas en VOSE de un director súper prestigioso del que desconoces su existencia, o te pasas el día viendo documentales o leyendo enciclopedias no mereces el pin de persona intelectual.

Pero es que me importa un comino. Si soy la fan número uno de las películas de fin de semana de antena 3, no puede ya gustarme nada peor. Y yo tan feliz, disfrutando de mi mierda.

No lo pongo como excusa, porque todo esto puede gustarte sin que te pase como a mí, pero en mi caso, con una depresión, un trastorno de ansiedad, y una mente jugando en mi contra. Una mente capaz de tener más de 300 pensamientos por minuto, todos ellos negativos y que cada vez me hunden más en la miseria. 

Pues ¿qué quieres que te diga? Sentarme delante de esa pantalla y ver algo que me ayuda a no pensar, a frenar mi mente, a centrarme en algo totalmente banal pero que me entretiene… Es un oasis de paz.

No me importa encontrar ese oasis en Gran Hermano, Supervivientes o Sálvame. ¿Sabes lo que son 4 horas de tu mente en otra cosa que no sea hundirte? GLORIA PURA. Si hubieran sido 6 horas, me las hubiera tragado enteritas también.

Y oye, que no estaba yo allí cultivando mi mente, pero me echaba buenas risas, me enteré de todo lo que se cocía en el ambiente farandulero y las personas más importantes del cotarro. Vamos, que ahora mismo puedo hacerte un croquis sobre la familia Pantoja incluyendo quiénes se matan entre ellos y quienes no.

¿Y sabéis quienes más pueden hacer eso? Muchísimas personas mayores a las que ese tipo de programas les aportan lo mismo, además de compañía, y entretenimiento en esos ratos en los que tienen que estar solos.

En fin, que me parece muy triste cuando se critica despiadadamente a la gente que ve este tipo de programas, porque no sabemos lo que hay detrás. Siempre se dice que es gente inculta o sin estudios… Y aquí una con su carrera, máster y postgrado.

Pero incluso aunque no tuviera estudios, ¿qué le importa a nadie? ¿Desde cuándo ver lo que te sale del papo te hace más lista o más tonta? A nadie nos gusta que nos juzguen o que nos señalen con el dedo, pero lo hacemos con una facilidad pasmosa.

Cada persona tiene sus razones, incluso aunque esas razones sean “porque me da la gana y me gusta y punto”, y es respetable.

Igual que no nos gusta que nos juzguen por nuestros cuerpos, tampoco debería hacerse por ninguna otra razón. Vivamos y dejemos vivir, que no hay nada más sano y más bonito.

 

@beleninprogress