He estado ahí, amiga. He estado tanto tiempo ahí que me hundí en el fondo hasta que ya no pude caer más. He estado ahí y he conseguido salir, pero no ha sido fácil. Por eso hoy vengo a decirte lo que ojalá me hubiesen dicho a mí.

No voy a darte consejos vacíos del estilo “déjale, rehaz tu vida” o “lucha por tu relación, merece la pena”. Esa es una decisión que debes tomar tú. Lo que sí voy a contarte es algo que parece obvio, pero de lo que yo no fui consciente.

Tu relación va mal. Esto es un hecho. Si dudas, es que hay un problema. Eso no se va a solucionar con el tiempo si no haces nada. No puedes barrer la mierda debajo de la alfombra porque tarde o temprano la montaña será tan grande que te tropezarás al pisar por ahí y te abrirás la cabeza. Hay que hacer algo.

En tu relación hay dos personas. Con esto quiero decir que no puedes cargar sobre tus hombros con la responsabilidad de solucionar los problemas. En mi caso sobre todo nos iba mal en el sexo y durante meses hice de todo. Me ponía sexy, intentaba excitarle, compraba juguetes para probar, planeaba citas románticas, le propuse ir a terapia. Su solución era “ya se me pasará si eres paciente conmigo”. La paciencia no sirve de nada cuando tu eres la única que hace algo por la relación.

No puedes obligarte a amar a una persona. A veces cuando todo va mal durante meses, acabas desenamorándote de tu pareja, sobre todo cuando ves que no se esfuerza. Si esto sucede, las cartas están echadas. Puedes solucionar absolutamente todo, pero no puedes implantarte sentimientos como si fueses un robot al que están colocando piezas.

Cada persona ve las cosas de una manera. Esto es lo que más me costó entender, sobre todo cuando lo dejé con mi pareja. Él creía que todo iba bien. ¿Cómo es eso posible si llevamos meses discutiendo y haciéndolo una vez al mes con suerte?, me preguntaba yo. Uno ve lo que quiere ver y a veces es difícil ser empático cuando atraviesas un bache.

Es mejor dejarlo con alguien y sufrir un par de meses que alargar una relación rota durante años. Tu mundo estará patas arriba. Habrá gente que te dejará de hablar, amigos que se posicionarán, rumores falsos que te dolerán. No puedes controlarlo, sólo afrontarlo de la mejor forma posible. El consuelo que te queda es que por fin estás viviendo tu vida por y para ti, sin miedo a estar sola por soledad.

Tomes la decisión que tomes, haz algo. El tiempo no soluciona problemas, ojalá fuese así.

Resultado de imagen de be free