Hace unos días “Anonima Cupcake” escribía en el foro de WLS:

Hola! Me caso! Nos prometimos hace poco y llevamos más de 10 años y se desde hace tiempo que él quiere separación de bienes, es una persona muy racional, le gusta mucho tener todo pensado por si no sale como quiere y tener los pies en la tierra. A mí en un principio no me gustó la idea, me hizo pensar que no confiaba en mi o que no le ve futuro a la cosa. Sé que ahora sigue queriendo la separación de bienes, a mí me da igual pero no sé qué pensar sobre él. Qué opináis? Alguna casada con separación de bienes que me cuente que la llevo a hacerlo? Gracias por leerme!

Y lo siento, pero es que no deja de sorprenderme la cantidad de gente que a día de hoy sigue pensando lo mismo, porque: QUERER SEPARACIÓN DE BIENES NO ES QUERER MENOS A TU PAREJA.

Muchas veces el problema surge en el “cómo proponerlo” a la otra persona y puedo entenderlo eh? Porque imagínate que estáis hablando del menú de la boda (yo que sé…) y le sueltas a bocajarro “oye por cierto, tenemos que ir al Notario a firmar la separación de bienes”. Hombre, suena frío hasta para mí, que me dedico a esto. Pero también soy de la opinión de que las cosas importantes han de decirse sin remilgos.

Muchas parejas tampoco saben que la legislación les ofrece distintos regímenes matrimoniales (gananciales, separación y participación, que es la gran olvidada) y por ello, acaban casándose en gananciales.

Así que a modo de guía creo que es bueno que tengamos claro lo siguiente:

Si te casas en cualquier CC.AA distinta de Cataluña o Baleares (Comunidad Valenciana desde 2016 no entra en el saco tampoco) el régimen matrimonial que te va a corresponder  (con carácter general) va a ser el de gananciales. Por lo tanto, si quieres tener otro régimen matrimonial puedes ir al Notario (antes o después, tranquil@) y hacer CAPITULACIONES MATRIMONIALES. Allí te pedirán entre otras cosas: partidas de nacimiento y certificados de empadronamiento de ambos (para que vayáis organizándoos en los distintos organismos).

Y una vez llegados a este punto, se acabó el lío. Es decir, después de todo lo anterior ¿qué es lo que se supone que te hace querer menos a tu pareja?

Yo creo que el problema es que a veces oímos, al hablar de separación de bienes, la expresión “lo tuyo es tuyo y lo mío es mío”. Como si fuéramos Gollum peleándonos por el dichoso anillo y diciendo “ES MIOOOOO”. Y para nada. La separación no implica que no podáis comprar cosas juntos, ni que al ir al supermercado separéis la comida en la cinta, ni que si queréis iros de vacaciones cada cual pague su billete de avión. No. Simplemente las cosas que hagáis/compréis/tengáis juntos, se van a dividir por mitad. Y tener un sofá por mitad no hace que quieras a tu chic@ a la mitad.

Pero párate a pensar, curras como una jabata, todo el día, te dejas las uñas para comprarte un coche. Un piso en la playa. Un cuadro de un pintor que te flipa. Y un día, por lo que sea, porque a uno le da una ventolera, os separáis. ¿Te gustaría que tu pareja te dijera “oye mira, eso también es mío”? (Y lo mismo al revés, eh?)

Y sí, creo en el amor de telenovela, en el de para toda la vida y en el de finales felices que comen perdices o croquetas pero yo creo que es justo eso. Una demostración de amor y cero egoísta porque al final, la separación de bienes no deja de ser un mecanismo de protección para ambos.