¿Y tú? ¿Limpias demasiado o más bien poco?

La ropa interior:

Vale, quizás así suena un  poco asqueroso, pero no es recomendable lavar los sujetadores todos los días. De hecho, con que los laves una vez a la semana (o cado dos o tres días si sudas mucho) es suficiente. Piensa que los sujetadores son productos bastante delicados (¡Y caros!) y que se estropean si los echas a lavar en la lavadora (¡lávalos a mano!).

 

 

Ropa de cama:

La ropa de cama pese a lo que muchos piensan no necesita lavarse de continuo. Mientras que las sábanas y la fundas de almohada sí necesitan lavarse por norma general mínimo una vez a la semana, la mayoría de fabricantes no recomiendan lavar las almohadas o hacerlo máximo dos veces al año.  Además si tus almohadas son viscoelásticas, resisten más a  los ácaros del polvo, por lo que pueden permanecer durante más tiempo limpias que las tradicionales.

Prendas de encaje:

Todos tenemos en nuestro armario alguna prenda especial hecha a mano con encajes, abalorios o pedrería. Bien, lávalas lo justo y necesario y siempre a mano en agua tibia. Piensa que si metes estas prendas en la lavadora lo más posible es que se rasguen, se enganchen o pierdan abalorios. La mejor forma de conservarlas es airearlas todas las noches y lavarla cada dos puestas a mano (evidentemente hay cosas que hay que lavar a mano con cada puesta) con jabón neutro.

Así podrás conservar tu ropa interior sexy en perfectas condiciones

 

El suelo:

Toda tu vida tu madre diciendo que limpies el suelo y ahora nos venimos con estas. Pero lo cierto es que si tu suelo es de parquet ya puedes olvidarte de fregarlo todos los días o a la larga acabarás estropeándolo. Lo ideal es que lo limpies una o dos veces a la semana con la fregona MUY escurrida para evitar que se moje y siempre con productos específicos para el tipo de suelo que estás limpiando.

 

Cortinas:

No es necesario que laves las cortinas una vez a la semana a no ser que la hayas liado parda en casa y tengas manchas hasta en el gotelé. Lo ideal es que las limpies cada dos-tres meses (lo recomendable es utilizar un lavado en seco)  y  evites las horas más fuertes de Sol para que no te coma el color cuando vayas a tenderlas. Si vas a hacerlo a máquina, asegúrate de usar un programa para prendas delicadas y de no sobrepasar los 30º de temperatura.

 

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