Cómo criar a tus hijos con filosofía ‘Zero Waste’

 

Aún me queda mucho camino por recorrer, pero la intención de cambio está. Gracias a mi maravilloso grupo posparto, que se ha alargado en el tiempo y ahora es una tribu de mamis de los más variopinto, he descubierto otras maneras de criar que no había contemplado.

Entre nuestras amigas, tenemos la ecologista que nos ha abierto los ojos hacia una nueva filosofía de crianza basada en el “zero waste” (cero residuos) basada en reducir al máximo la producción de residuos, reciclar, reutilizar y revalorizar la mayor cantidad posible de materiales, así como de promover la fabricación y el uso de productos que estén diseñados para ser reutilizados a largo plazo. Aunque desde ya os aseguro que es bastante complicado adaptarse a vivir sin plásticos, es posible y muy beneficio, ya no solo como familia sino también a nivel social. 

Os comparto mis primeros cambios en lo referente a la maternidad: 

Alimentación sin plásticos

Lo ideal, más completo, sostenible y que menos residuos genera en el mundo… es dar el pecho; pero no siempre es posible. En mi caso, resultó ser un auténtico tormento y optamos por la lactancia artificial en biberón. Pensé que hasta aquí había llegado mi intento por volverme “zero waste”, pero no… No todo son biberones de plástico. El abanico se abre un poco más y descubres biberones de vidrio y acero inoxidable. 

También hay alternativas en chupetes, como aquellos fabricados en silicona o caucho. De dar el pecho, existen los discos de lactancia de tela. 

Más allá de los 6 meses, cuando toca iniciar la alimentación complementaria, descubrimos las vajillas de bambú, madera o acero inoxidable. Para beber, agua del grifo filtrada (no embotellada). 

Baño e higiene

Otro de los cambios más difíciles de aplicar fue el de los pañales. Renunciar a la comodidad de un pañal desechable me ha costado, pero el ahorro económico es significativo. Hablamos de que la inversión inicial está en torno a los 500 euros (reutilizables si tienes más hijos), mientras que comprar pañales desechables por hijo único más de 2.000 euros. Además de ser más económicos, también evitan el enrojecimiento y permiten una mayor libertad de movimiento. Una vez te acostumbras a incluirlos en tus lavadoras diarias, en las que usamos nueces de lavado, todo son ventajas; aunque reconozco que sigo con pañales desechables durante la noche porque tienen mejor resistencia a la humedad. 

Al hilo, también usamos cambiador y toallitas lavables, elaboradas mayoritariamente por ropa que desechamos. Nosotros “fabricamos” toallitas húmedas con tela y agua. Hemos optado por comprar jabón sólido y cepillos de bambú con cerdas naturales, tanto de dientes como de pelo. 

Para todo ello, en especial si salimos de casa, usamos bolsas reutilizables para guardarlo todo. 

Juguetes, el foco de plásticos

La gran mayoría de los juguetes infantiles están elaborados en plástico. Ese piano estridente que te vuelve loca, el coche de bomberos que te taladra la cabeza con su sirena o el bebé llorón de las narices. En casa no hemos podido renunciar al 100 % a este tipo de juguetes, ya que normalmente llegan en forma de regalo ajeno y está fuera de nuestro control; pero sí que los que nosotros elegimos están elaborados en madera. Hay mil opciones que, al prescindir de tanta tecnología, son ideales para fomentar la motricidad y creatividad. También los libros o los puzles se han convertido en nuestros grandes aliados. Sin duda, para mi familia, esta opción “zero waste” ha sido la más acertada. 

Lo más importante es no agobiarse. Ir introduciendo los cambios poco a poco, permitiéndote un proceso de adaptación. Pretender modificar tus hábitos de la noche a la mañana, solo te generará ansiedad y fomentará la posibilidad de abandono. Es una experiencia que vale la pena, a nivel individual y social. 

María Romero