Esta no es una historia feliz. O sí, según se mire. 

Tenía 19 añitos y acababa de entrar en la carrera. Hicimos un grupo muy sano de amigos entre los que se encontraba una chica de San Fernando. 

Un finde decidimos ir a su tierra a salir de fiesta. Y allí le conocí. Su mejor amigo, ¡guapísimo! Los ojos marrones más bonitos que nunca veré. 

Yo tenía novio. Él lo acababa de dejar con una chica que aún era amiga suya. Estaba allí con nosotros de fiesta. 

Hasta ahí todo bien. Nos pedimos los números y durante un tiempo nos mensajeamos por mensamanía(soy más vieja que un bosque) como buenos amigos. 

Lo dejé con mi novio. 

Pasó el tiempo, la amistad dio pie a comentarios sexuales..que si tiro caña por aquí, que a ver si pesco algo por allá… Y entre este chico y su ex, no terminaba de estar la relación clara. Parecía que ella le seguía queriendo pero él no quería más. 

Tuvimos mil encuentros más (era el mejor amigo de mi amiga), y siempre con el tonteo pero sin pasar nada. 

Hasta que me harté y decidí preguntar qué pasaba. Él me confesó que le gustaba mucho, «desde aquella primera vez que nos vimos en San Fernando» me decía. Que no había nadie como yo. Que podía contar conmigo para todo…bla bla bla. 

E iniciamos una relación que duraría 3 años. 3 años en los que no os exagero si os digo que para mí no había nadie en un altar mayor que en el que lo tenía a él montado. Hicimos viajes, conoció a mi familia, yo a la suya, hicimos planes de comprar casa. Elegimos nombre de nuestros hijos. No he sentido (y es una pena) un amor tan grande como aquel. 

No se pueden resumir 3 años en tan pocas líneas. Todos los detalles, llamadas, cartas, viajes, cenas, ideas, ilusiones… No se puede. No hay espacio para describir el dolor que sentí cuando descubrí que, además de salir conmigo, también salía con ella. Sí, con su ex. Con la que supuestamente era su amiga y ya está. Con la que supuestamente era mi amiga. 

Y la odié. La odié a ella sin tener culpa. Y me rebajé. Le pedí explicaciones a ella y sólo supo decir que siempre estuvo enamorada de él y que luchando lo había ganado. Le pedí explicaciones a él y solo supo decirme que era mi culpa; que ella estaba más cerca, que a ella la conocía desde pequeña, que con ella su vida sería fácil. 

Y le di a escoger.

Y me tuvo meses en vilo. 

Y la escogió a ella. 

Sufrí tanto… Que decidí dejar mi trabajo en el sur e irme lejos. Sólo me hizo falta leer en la oferta de trabajo «se busca persona dispuesta a irse a México» para probar suerte y aún así me pareció que México seguía estando demasiado cerca. 

Tuve la suerte de que me cogieron en el trabajo. Recibí un entrenamiento en Barcelona unos meses, viví en el país Vasco un año, y me fui a México a trabajar.

En Barcelona tuve el enorme honor de recibir una invitación de boda. De ellos dos. Crueldad es la única palabra que puedo asociar a esto. 

Me costó muchas llamadas a mis amigos, para no responder a esa provocación. 

Fue en el país Vasco donde conocí a mi actual pareja. Tardé mucho en confiar y recuperarme pero… No hay persona más linda que él, la verdad.

Peeero, parece que los exs tienen radares o algo que detectan tu felicidad; estando en el país Vasco, este chico contactó conmigo. Sabía que tenía pareja y no le parecía justo, decía que no debería haber estado yo tan enamorada de él si ha me había cambiado por otro. Resumiendo: que no me podía olvidar. Que se equivocó. Que si yo quería él  dejaba a su novia por mí. 

Estuve SÚPER TENTADA, de decirle que sí. Que la dejara. Y cuando la dejara, decirle yo a él que me lo había pensado mejor y que no me apetecía estar que volviéramos. Pero recordé que el karma existe y que en realidad yo no era tan mala persona. 

Y le dejé seguir su relación. 

Ha pasado tiempo. Supongo que siguen juntos, no me duele ya. Sólo sé que tuve suerte de salir de ahí a tiempo. Que si no hubiera descubierto el pastel, ahora probablemente tendría dos niños y un marido infiel. Que si la vida te saca a patadas de un sitio, es porque de verdad no perteneces ahí. 

Si algún día alguno de los dos lee esto… Suerte en la vida.

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