Esto va dedicado a todos los mamás y papás que alguna vez en la vida habéis preguntado si es mejor la educación pública o la privada.

Siguiendo la lógica, en la cabeza de muchos se afirma que la privada ¿no? Se supone que cuentan con más medios, estás pagando por un sistema de educación y aprendizaje más “selecto”, los alumnos tendrán más salidas laborales y estarán más preparados, etc., etc., etc. Pues yo digo que “no todo lo que brilla es oro”.

¿Pasamos a la pública entonces? ¡Ojo cuidao! Hay que mirar con lupa las públicas también no vaya a ser que sean unos dejados, unos funcionarios de esos sin motivación ninguna, hasta puede ser que ni les llegara la nota para lo que querían y acabaron estudiando magisterio.

¿A tope de estereotipos e ideas preconcebidas? Totalmente. Estos últimos años, ya fuera en el trabajo o en mi vida privada, cuando venía una familia a preguntarme decía lo mismo: No hay una mejor opción, ni una única opción correcta. Pero he aquí la reflexión a la que he llegado después de quince años de docente pero sobre todo después de tener que escoger una escuela para mi hijo.

Supongo que cada una tendrá su historia: Puede que el colegio ideal estuviera a tomar por culo de vuestra casa, o no os dieran plaza porque todo va por puntos y habéis quedado fuera por cualquier motivo, o simplemente se flipan con el precio y no está a vuestro alcance económico (suele ocurrir, ante todo humildes siempre)… Pero oye, de algo ha servido y no todo pueden ser malas noticias. Después de la gran búsqueda por lo menos tenemos en mente que queremos. Y con esa idea en la cabeza se puede seleccionar la opción que más se asemeje dentro de nuestras posibilidades.

En nuestro caso tenía algunas ideas claras en mi mente, algo así como “mi escuela soñada”. Pero ¿sabéis que? Que no existía. Buscamos en los pueblos de alrededor, miramos todas las opciones habidas y por haber y al final el que más se asemejaba a lo que teníamos en mente ya no tenían plaza. En enero cuando llamamos sí, en abril cuando nos decidimos a hacer la inscripción no. ¡Hay que joderse!

Porque cuando se busca la mejor opción siempre habrá ALGO que no os guste (siempre, siempre, siempre), ya sea el material de las salas, el estado del edificio, la distribución de los espacios, el servicio de comedor, la oferta de extraescolares, blablabla… Lo que no puede fallar (redoble de tambores) es el equipo de profesionales, porque puede estar en el mejor centro de la ciudad y no aprender una mierda, o puede estudiar en el peor de los sitios y salir adelante. Todo depende del personal que hay.

Así que si me preguntan a mí os diré algo claro: Que no os vendan la moto. Mirad a los ojos a esa persona y tratad de descubrir quien son, como educan y como tratan a los niños. ¿Qué es para ellos enseñar? Y esto lo digo desde mi yo docente, no como madre.

Moreiona