Ver crecer a tu bebé es una de las sensaciones más maravillosas del mundo: observar cómo avanza cada día, cómo se mueve cada día un poco más, comienza a hacer sonido o a agarrar cosas con sus manitas,

Por un lado, estás deseando que crezca, porque la etapa de bebé es extenuante para los papás.  Pero por otro, desearías que se quedaran bebés para siempre.

Pero a mí hay una cosa que me resulta super dura y es guardar la ropa que ya no le vale a mi bebé. Me provoca una sensación agridulce, saber que mi bebé está creciendo sano y feliz, pero que nunca más volverá a ser tan pequeño. Mirar ese pijama tan cuqui que tanto me gustaba ponerle y saber que nunca más lo podrá usar. Al ver esos bodies pequeñitos y esos calcetines diminutos es inevitable que se nos escape una sonrisa nostálgica seguida de alguna lagrimita.

Con mi primer hijo fue distinto; guardaba la ropita pensando en que algún día la usaría su hermano o hermana, porque siempre tuve claro que tendría más hijos. Pero ahora, con mi segundo hijo, el sentimiento de tristeza está presente. Mi marido y yo decidimos que no íbamos a tener más hijos, y, aunque es una decisión que tenemos muy clara, no puedo evitar ponerme triste al pensar que ya no habrás más bebés en casa que vistan toda esa ropita.

 

¿Qué hacer con la ropita?

Cuando tienes claro que no vas a tener más hijos, lo único que puedes hacer es deshacerte de todas las cosas de bebé. Cosas que además ocupan bastante espacio como son la cuna, el carro de paseo, la hamaca, la bañera y demás utensilios que usas diariamente cuando son pequeños. Pero la ropa suele tener una connotación más sentimental para las mamás. Al menos, para mí es así. Regalar el carro me da igual, pero donar la ropa de mis hijos me pone triste.

El problema es que no tengo un trastero donde guardar las cosas, así que conservar toda esa ropa es algo inviable. Entonces, se me presenta la duda de qué hacer con todas esas prendas: ¿Regalarlas? ¿Tirarlo todo a la basura y pasar página? ¿Lo guardas de recuerdo para siempre? ¿Lo vendes en Vinted? Bueno, quizás la solución sea un poco todo a la vez.

En mi caso, hay ropa que he vendido en Vinted o Wallapop, porque era ropa de marca o de Disney, que también se vende bien, y me he sacado un dinerito. Otras cositas se las he regalado a alguna conocida que esperaba un bebé y también hay prendas que he guardado.

El conjunto con el que salieron del hospital, ese pijama que me regaló alguien especial y que tanto me gustaba ponerle a mi bebé, o sus primeras deportivas. Tengo una caja con recuerdos de mis hijos y cuando me pongo melancólica, abro la caja y lloro un rato.

 

Sé que hay gente que hace verdaderas maravillas con toda la ropa: convierte las camisetas y pijamas favoritos de sus hijos en colchas, cojines o hasta peluches, otras personas deciden enmarcar alguna prenda especial junto a otros recuerdo como la pinza del cordón umbilical o la primera ecografía. Y hasta he visto en redes sociales gente que se dedica a encapsular los recuerdos de tu bebé en resina, verdaderas obras de arte para tener para siempre las cositas de tu hijo.

Al final, lo mejor es hacer lo que te haga sentir mejor. Donar la ropa a gente que la necesite o guardarla en cajas en tu trastero, tú decides.