Si la genética te dejó en herencia una melena leonada como la mía es bastante probable que hayas caído en la tentación de hacerte un alisado permanente en la pelu con tal de no tener que lidiar durante una buena temporada con el encrespamiento y demás movidas del cabello rizado.

Yo no sé las demás, pero yo me he hecho varias veces el alisado de ácido hialurónico que, según las entendidas, es algo menos agresivo que el de queratina y da menos la lata en los primeros días.

Para las que no estén familiarizadas con el tema, os pongo en contexto: el alisado consiste en varios productos y en un sellado térmico con una plancha específica. Después de eso debes aguantar mínimo 48 horas sin lavarte el pelo para que haga su efecto y llegue a durarte entre unos 4 y unos 6 meses (dependiendo de cada pelo).

Yo siempre intento apurar un día más si no tengo que ir muy arreglada a ningún sitio porque me quedo más tranquila. A partir de ese momento ya te lo puedes lavar con normalidad y, cada vez que te lo laves, si quieres que vuelva a estar liso debes secarlo con secador. Según lo liso que lo quieras puedes repasarlo un poco con la plancha, eso ya es a gusto de la consumidora.

Dicho esto, os cuento un poquito cuál ha sido mi trayectoria. Me lo hice por primera vez hace un par de años. Me quedó genial, nunca antes mi pelo me había resultado tan manejable porque, además de tener una onda bien marcada con tendencia al encrespamiento, tengo mucha cantidad, mucho volumen. Así que, por muy guay que quedara algunas veces, tenía que dedicarle mucho tiempo para salir a la calle mínimamente decente.

Cuando podía permitírmelo, genial, pero a veces me levantaba por la mañana y me tenía que ir a trabajar como Hermione en la primera peli de Harry Potter, no sé si me explico.

Otras veces, salía de casa muy bien peinada, pero, debido a las inclemencias del tiempo, acababa transformándome en Monica de Friends en el episodio de las Barbados.

Decirle a la gente que aquello era por la humedad no mitigaba el cachondeito protocolario de tus amigos cuando ven que te vas transformando poco a poco en un pelocho. Gracias al alisado ya no me pasaba esto. Sí que es cierto que si se te moja el pelo pierde el efecto de liso liso, pero no se te encrespa con tanta facilidad y sigue siendo mucho más manejable para adecentarlo si te pilla por ahí.

Como os digo, esta mierda es buena, esta mierda engancha, y cuando pasan unos cuantos meses empieza a perder efectividad. Ahí entras en una encrucijada porque, aunque depende de cada sitio, no es un tratamiento súper barato; entre la cuestión económica y que solemos querer lo que no tenemos, yo no me he renovado el tratamiento inmediatamente ninguna de las veces.

Entonces, ¿qué pasa con tu pelo? Pues que empieza a mutar paulatinamente en lo que tenías antes. ¿Lo hace de manera uniforme? Porque si pasara del liso a una ligera onda de sirena a un rizo definido tipo Rose de Titanic sería una cosa fantástica. Pero no, el rizo te vuelve como le sale a él de sus santos huevos. En las raíces es donde más se nota, obvio, pero vamos, que puedes llevar un lado aún perfectamente liso, la otra mitad con mechones totalmente rizados y la parte de atrás llevarla como si te hubiera picado un pollo y tú sin darte cuenta, porque qué jodido es dejártelo todo lisito y mono por detrás. El ser humano viene defectuoso de fábrica, ¿no creéis? Porque de verdad que me cuesta la vida peinarme bien por detrás. 

Yo, que siempre he sido muy aristotélica, suelo tirar por un punto intermedio y en vez de repetirme el alisado tan pronto, me suelo hacer una hidratación que, además de prolongar un poquito más el efecto del alisado, te disimula un poco más el encrespamiento. Yo lo noto regular, también os digo.

La primera vez sí que me aguantó bastante, pero la segunda no notaba mucho la diferencia y según lo bien que me secara el pelo después de la ducha me acababa viendo un poco Lolita Flores. Fue el encrespamiento y la falta de homogeneidad en el rizo que salía nuevo lo que me empujó a repetirme el tratamiento.

Ya voy por mi tercer alisado, que además de todo lo que os llevo contado, vino precedido de un traumático resultado de capas mal calibradas y trasquilones varios cuando intenté darle una oportunidad a mi melena de Mufasa. Pero bueno, eso fue mala suerte también.

Lo importante es que si te lo vas a hacer tengas en cuenta que hay que echarle paciencia al proceso de volver a tu rizo natural. Y que inviertas en una buena peluquería, eso siempre.

Ele Mandarina