El otro día me di cuenta de que hay muchas cosas raras que todos hacemos en la cama.

De estas que te hace pensar «¿Me caí de la cuna o me parieron tan lerda?» Y me apuesto un pedo a que seguro que tú también las has hecho o en su defecto te las han hecho.

Claro, de primeras lo hablé con la amiga finolis de la cuadrilla y OBVIO que ella en la vida había vivido semejantes situaciones.

Pero yo sé que no soy la única que no entiende cosas como ¿Por qué nos olemos la mano después de tocar a nuestra pareja?

Vamos a ver ¿Alguna ha conocido a un tío que no se huela la mano después de tocarnos?

No entiendo nada, vamos a ver señores que no estamos en Sephora oliendo colonias. Que no estamos de cata en una bodega de flujos vaginales ¿Por qué nos huelen las vaginas?

Cuando yo voy a comer pepino no me da por olerlo, no me interesa como huele. No sé ¿Tu lo hueles? Yo no ¿Tu sí? ¡No entiendo nada!

Yo también tengo mis cosas claro y dentro de las cosas raras que yo hago, seguro que no soy la única que se ha puesto a llorar por no querer toser a tiempo.

Si me has entendido, me has entendido (doble guiño)

Me ha pasado un montón de veces: estar en un momento íntimo concreto y tener mil ganas de toser. De pensar, madre mía, tengo la garganta más seca que el cañón del colorado.

Y claro, por no parar y toserle encima pues una aguanta y aguanta hasta que se le empiezan a caer las lágrimas.

Algún tipo con menos luces que una lancha de contrabando se hinchará de ego pensando que su poderoso miembro hace que te salten las lágrimas. Si tienes suerte, el señor te invitará a que bebas un poco de agua y tosas tranquila, con toda la normalidad del mundo.

Pero pienso, vamos a ver cariño mío ¿Cuántas veces te han dejado con el trabajo a medio terminar? ¡No! ¿Cuántas veces han abandonado con el trabajo nada más empezado? ¡Mil!

¿Pasa algo porque pares 1 minuto y bebas agüita? ¡Claro que no! ¿Y porque no lo haces? Pues porque soy imbécil, yo que sé, I don’t understand.

¿Y eso de colocarse las tetas? ¿Qué me dices de eso? ¡Otra cosa absurda!

Bueno claro, yo hablo desde la perspectiva de señora de bien con tetas poderosas. ¿Soy la única trillada que está continuamente mirándose las tetas?

Todos sabemos que las tetas pueden ser traicioneras, lo mismo te tumbas boca abajo y te pillas un pezón con el codo. Si no tienes tetas grandes no sabes de lo que hablo y no pienso darte explicaciones.

El caso, que muchas veces incluso aún sabiendo que en menos de 20 segundos tu sujetador va a volar por los aires, me veo colocándome las tetas estratégicamente para que parezcan una escultura de mármol.

Total, el sexo es cómo es, vuelta para arriba, vuelta para abajo. Las tetas acaban siempre de lado o dadas la vuelta. Vamos, que una vez follas con alguien, ya ha visto tus tetas desparramadas de mil maneras. Pero ¡Eh! Luego coges y te las pones bien bonitas dentro del suje para que piense que tienes un pecho escultural. Pero qué tontería más grande oiga.

Y el último hábito que me tiene preocupada es el siguiente: ¿Por qué gemimos con nuestra pareja mientras sólo disfruta él?

No hablo de fingir, no sean malas.

Hablo de que tanto ellos como nosotras, cuando masturbamos a nuestras parejas, les acompañamos en los gemidos como si nos estuvieran dando placer a nosotros.

Pero vamos a ver ¿Somos conscientes de lo raro que es eso? ¡Es raro de pelotas! ¿Por qué gemimos? ¿Tú lo sabes? ¡Yo no!

Vamos, que hay unas cuantas cosas raras que TODOS hacemos en la cama que me hacen cuestionarme la practicidad del ser humano.

Seguro que ahora mismo te vienen otras tantas a la cabeza y estoy deseando no sentirme la única boba sexual del patio. Así que please, compartir es vivir.

M.Arbinaga