¿Cuál es el cotilleo más grande que te han contado? A mí este. 

En todas las familias corren historias curiosas, cotilleos jugosos y chismes clasificados, en la mía también.  Pero este, ojo, este cotilleo ruló muchos años de unos a otros, yo creo que lo sabe ya todo el mundo, menos el protagonista claro.

Todo empezó con una conversación entre mis tíos sobre la biología, herencia genética y el color de los ojos. Estaban hablando de las probabilidades de que un niño con padres de ojos marrones salga con los ojos claros. En este caso es bastante probable, en concreto si los dos padres tienen los ojos marrones, existe un 6% de probabilidades de que los tenga azules y casi un 20% de que sean verdes. Pero justo después a mi tío se le vino a la cabeza el caso contrario: 

¿Si ambos progenitores tienen los ojos claros, ¿puede el niño tenerlos marrones?

Y aquí es cuando se lía parda, porque la respuesta es no. Siempre hay un mínimo porcentaje de que ocurra, porque, aunque el color de ojos de un niño se pueda predecir con el de sus padres, las variaciones genéticas pueden producir resultados inesperados. ¿Pero estoy yo hoy aquí para hablar de Mendel y genética? No mi reina, vengo a contar la que se montó después. De repente esto se extendió y toda mi familia estaba obsesionada con ojos, iris, colores y demás. Esto llevo a pensar que mi primo entonces no era hijo de su padre. Ala esa.

cotilleo

¡Bombazo informativo!

Y lo más curioso de todo esto es que sus padres son católicos, con valores tradicionales, y siempre se ven en la superioridad moral de ir dando lecciones de ética. Asique en mi familia se lo tomaron como una especie de Karma extraño. Y luego la parte B del cotilleo era que misteriosamente mi primo siempre se ha parecido mucho al exmarido de mi tía. Vaya vaya que sorpresa. Total, imaginaos el alboroto. Y yo pensándolo después, ¿es que el padre no sabe esto, de verdad? ¿no será que lo intuye o directamente conoce la realidad, pero prefiere omitirla? 

Nunca dijimos nada, pero yo ahora cada vez que les veo lo pienso. No paro de fijarme en sus resplandecientes ojos azules y los también resplandecientes ojos azules de su mujer, y los intensos ojos marrones de mi primo. Y sí, para qué negarlo, me da la risa. Porque hasta me gusta la idea de que sea así, de que esta pareja supuestamente perfecta de hipócritas en realidad tenga oscuros secretos, como todas. De hecho, tienen mierdas mucho peores que el resto de mi familia, esos que se creen con derecho de juzgar. 

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Y si conoces a alguien de ojos marrones con padres de ojos azules, que se hagan una prueba de paternidad Pili, que pinta feo.

 

Te Falta perreo