Estamos en la era de las redes sociales. Los niños nacen sabiendo desplazar los vídeos de YouTube con el dedo y haciéndose selfies con filtros. Eso es así.

Pero, al igual que útiles para saber en cada momento lo que pasa en el mundo ( y en la vida de la gente de la que no puedes saber por otros medios), son muy traicioneras. Y seguro, que a casi todos, se nos ha escapado un “ ¡Uf TIERRA TRÁGAME YA Y NO ME CAGUES, que para cagada la que acabo de liar!

El instagram, el facebook, el whatssap… son el karma disfrazado de emoticonos, stickers y caracteres . Alguien en quién sabe dónde vigila lo que no deberías estar haciendo y te castiga para que no lo vuelvas a intentar. 

Aquí os cuento anécdotas reales de personas como tú y como yo. Y es que… nos podría pasar a todos. 

  1. Estás hablando con un nuevo chico y tienes que contarle a tus amigas por vuestro grupo hasta los lunares que no sabes si tiene. Organizáis una busca y captura del pobre chaval que no sabe dónde se ha metido.  Se le describes- normalmente sin exagerar para que te digan su opinión verdadera.  Les mandas capturas de las conversaciones tan ingeniosas que mantenéis y se lo documentas con fotos. Y de repente: LA CAGADA. En vez de mandárselas a ellas, se las mandas a él. Pero no te preocupes, en peores plazas habrás toreado, no lo borres que quedas mucho peor y ríete de ti misma con él. 

  1. Confundirte de conversación de whatssap y en lugar de ponerle a tu amigo Tito  “tío al final ha caído” ponerle a la Tía Mari que al final caído. Mira que os lo digo… ¡Cuidado con las borracheras y el móvil!

  1. Querer mandar una captura “casual” y después ampliar la foto y darte cuenta de que se nota que está preparada por algo que lo delata. 
  1. Cotillear la foto de perfil en whatssap a alguien que te cae mal o a tu ex novio o estar copiando y reenviando una conversación a otra persona y videollamarle. Si te encuentras en esta situación y te lo coge,  no te preocupes, quizá tengas para contar dos anécdotas: el día que recuperaste a tu ex porque no parabas de stalkearle y no supiste colgar o aquella vez que te bloquearon por acosadora. 
  1. Etiquetar en una foto de perfil de Facebook de 2009 de la exnovia de tu novio,  al susodicho.  

  1. Enviar una nota de voz  a una de tus amigas cotilleando toda la conversación acerca de una discusión que estas teniendo por un grupo al MISMO GRUPO y darte cuenta sólo cuando el resto de la gente empieza a reaccionar a él. Por lo menos ya saben tu opinión… 
  1. INSTAGRAM, MALDITO TESORO: El Ig puede regalarte las mejores vistas o las peores rayadas.

Puede que estés enseñando algo a alguien  y en la barra del buscador aparezca tus búsquedas recientes que no quieras que vean.  O que subas una foto que no querías y  la vea alguien que no debería. Puede que des me gusta a una foto de hace años por cotillear los mejores momentos de tu nuevo amigo o amiga. O que ese “me gusta”-ironías graciosas- vaya dirigido a la nueva novia de tu ex en la foto en la que estás haciendo zoom. O peor, que ese me gusta lo de alguien de tu familia o amigos cotilleando a la nueva pareja de tu ex novio desde tu móvil en una foto en la que aparece ella «post-polvo» (real cómo la vida misma). Quedarás de acosadora, sí. Se cabrearán contigo, también. Pero la curiosidad no es pecado, amigos, y la torpeza (o mala suerte momentánea) tampoco.

Y seguro que muchas más que no alcanzo a escribir…

  1. Facebook no es mejor y también quiere que todo el mundo se entere de lo que no quieres ni enterarte tú mismo.  

Estás stalkeando a una persona y buscas su nombre, pero en lugar de buscarlo, escribes el nombre de la persona en la sección de noticias y das al enter. Peor aún, no te das cuenta hasta que te reacciona la persona ( ¡esperemos que sea un «me divierte» al menos y no un DEJAR DE SEGUIR.

Son momentos vergonzosos y críticos. Si lo puedes solucionar, bien  pero si no, disfruta de la experiencia.  Porque , no nos engañemos,:

¿qué pasa con la adrenalina del momento y los “yo nunca» generados a partir de esa pequeña pero estrepitosa confusión”? Pues que se quedarán para siempre y bienvenidos sean esos males.