Si hay algo que nos ha fastidiado siempre de la tele a las que no usamos una 36 es no poder identificarnos con la mayoría de sus protagonistas. Series con bellezas de cuerpos esculturales, realities protagonizados por barbies operadas, presentadoras de 90-60-90. Un mundo difícil para una mujer que se sale de los cánones establecidos y sobre todo, un mundo en el que no existe término medio. O eres espectacular y estás muy delgada, o pasas al extremo de ser ‘la gorda de la tele’ y asumir las bromas que vendrán al respecto (véase Teté Delgado).

Luego también está el tema de ‘las gordas de la tele que en realidad no son gordas’. A America Ferrera  (protagonista de Ugly Betty) la macharon por un supuesto sobrepeso imaginario. Sara Ramírez, la doctora latina de ‘Anatomía de Grey’ es otro clarísimo caso. Un ejemplo más castizo y que marcó mi adolescencia fue el caso de Lara de Compañeros. Nos hicieron creer que era la gorda de la pandilla cuando lo que tenía era mejor tipo que todas sus compañeras, con tetas y culo, no como el resto. Con la coherencia que nos da la madurez, ¿quién cree ahora que Valle era la guapa y esta niña el troll?

gordas de la tele

Volviendo al tema del post…gracias a Nuvo llevamos dos temporadas adentrándonos en el mundo de varias mujeres que vale, no somos nosotras, pero al menos su talla se acerca más a la que predomina en nuestro armario: Curvy Girls. Rosie Mercado, Denise Bidot, Lorna Litz y Ivory Kalver protagonizan este reality en el que se nos muestra el día a día de unas modelos de tallas grandes que además son amigas entre ellas y que compiten por hacerse un hueco en el mundillo. La mayoría tienen que compaginar sus vidas personales, hijos, líos de sábanas y demás vicisitudes con castings y sesiones de fotos. Seamos realistas, no es el mejor reality jamás emitido, se nota el guión y es predecible, pero a la vez es reconfortante ver como estas mujeronas encuentran su sitio y triunfan independientemente de su talla.

curvy girls

Lo único que me entristece (por ponerle también un punto negativo), es ver que algunas de ellas tienen que compaginar su carrera de modelo con otras cosas (como tener empresas de construcción en el caso de Rosie) para poder vivir bien a pesar de haberse convertido en personajes populares y protagonizar catálogos de marcas plus size. Es decir, la gorda puede dedicarse a la moda pero no deja de ser un hobbie que a diferencia de las modelos ‘al uso’ es muy difícil que te de de comer. Sé que eso está cambiando poco a poco y por eso no me voy a detener en la sombra. Lo importante es que cada vez son más y mejores las curvas en la pequeña y gran pantalla y desde Loversize no podemos estar más contentas.¿Recordáis algún otro ejemplo televisivo o del mundo del cine?