Ya en mi preadolescencia me consideraba bastante madura y tenía un espíritu crítico muy bien formado sobre el amor-para-siempre, los padres que se divorcian, la calificación de “puta” a chicas que besan precozmente, los celos machistas, y un largo etcétera.

Habiendo estado yo muy influenciada por Kelly de Matrimonio con hijos, Laura Winslow de Cosas de casa, (¡hasta Blossom!) y su flujo de relaciones amorosas, estaba convencida de que yo había nacido para conocer miles de chicos y ya quizá en mi senectud sentaría la cabeza.

Unos meses antes de cumplir los 15 invertí mucho tiempo de Messenger en gustarle a un chico que me parecía monísimo, sin hacer, al contrario que mis amigas, planes de matrimonio con él. Era súper divertido porque pertenecíamos al mismo grupo de amigos, salíamos todos y luego él y yo nos rezagábamos para darnos algún besito.

Llegó el verano con mis 15 “añazos” y me pasé casi 2 meses de vacaciones por ahí, haciéndome la dura porque yo quería ser una chica de mundo, cosmopolita, con múltiples parejas, poliamorosa y lo que fuere. Yo pensaba: “si paso, se lía con otra y a mí se me quita de la cabeza porque SOY MODERNA Y NO QUIERO TÍOS QUE ME ATEN SOY UN ALMA LIBRE”. Pero nada, que no me lo quitaba de la cabeza, y es que siempre ha olido muy bien.

Bueno, pues por lo que sea el chico me esperó y yo cuando volví dije: “es guapo, me hace gracia, no traiciono mis ideales y mis principios si nos damos besitos unos cuantos meses más”. PUES, CHICA, QUE ESOS MESES SE CONVIRTIERON EN 13 AÑOS Y MEDIO (a la fecha de este post). Y aquí servidora que se tuvo que comer sus palabras de mujer súper moderna y anti cuento de hadas, porque yo sigo queriendo a este señor tanto como el primer día en que me subí a su moto y me negaba a que fuese mi “felices para siempre” mientras miraba el peluche de la Pantera Rosa que me regaló el día que nos dimos el primer beso y me daba cuenta de que no se me iba a olvidar nunca.

Hoy por hoy no he cambiado de parecer, no creo en la eternidad del amor, pienso más bien en aprovecharlo mientras dure y aprender, crecer, compartir; pero, aun siendo tan realista, en ningún momento de todos estos años me he imaginado vivir sin él, tampoco hemos tenido ni una pelea, no hemos cortado en ninguna ocasión, supongo que eso habrá ayudado a que esté cómoda y quiera más. La confianza es absoluta, sabemos que lo daríamos todo por el otro. Esa sensación me produce por un lado mucha tranquilidad, y por el otro me provoca querer ser mejor persona para poder crear un mundo justo, seguro, amable, yo qué sé qué más cosas buenas, en el que él sea lo más feliz posible. Y me temo que es un sentimiento mutuo.

Después de haber tenido tanto tiempo para reflexionar sobre el motivo de la larga duración de este amor llegué a la conclusión de que comenzamos siendo amigos y lo seguimos siendo (Y ADEMÁS EL SEXO SIEMPRE HA SIDO Y ES INCREÍBLE!!!!!!!!!!!!!!!!!).

-Gracias mil a We Lover Size, que os leo siempre, os likeo todo en Insta y me fascináis.-

Saludos,

C.

 

Envianos tu historia de amor a [email protected]