Hace muchos años que comencé a decorar mi cuerpo con tatuajes. Puedo decir que tengo experiencia en la preparación previa a tatuarme, el cuidado y seguimiento de cicatrización de mis tatuajes… Hasta que la cagué gorda y mi puñal tradicional se convirtió en un puñal oxidado.
Uno de mis últimos proyectos fue un tatuaje conjunto con mi compañera de arte sobre la piel. Un mismo boceto para realizar en dos pieles diferentes en países distintos. El suyo era Black&White, el mío un Full Color. Iniciamos la sesión nocturna. Instrumental esterilizado, y un entorno higiénico y limpio. Mi tatuaje lo hacía mi tatuadora de confianza. Fue una sesión de 5 horas, bastante dolorosa ya que el trabajo era en la espinilla con una medida de 25x15cm.
La sesión concurrió sin problemas y el tatuaje quedó precioso. Era un puñal con una mariposa que descansaba sobre la hoja metalizada. Colores perfectamente inyectados y fusionados. Lo que se llama como un muy buen trabajo. Limpiamos la zona, y la cubrimos con film que recordemos… deberíamos dejar hasta pasadas alrededor de 3 o 4 horas.
Llegué a casa sobre las 3 de la madrugada, hacía media hora que habíamos acabado. Lo siguiente que hice fue meterme en la ducha y para la cama. Dejé el tatuaje al descubierto. Al día siguiente, como era septiembre y todavía hacía calor, me puse los pantalones cortos y no se me ocurrió otra cosa que limpiar toda la casa. Barrer, fregar, limpiar el polvo… y después de comer, intenté dormir un poco. Digo intenté porque comencé a notar un bombeo en la pierna que no me dejó descansar demasiado. Volví a limpiar la zona tatuada, pero por primera vez, mi piel no toleró la crema de curación y cicatrización. Al momento de aplicarla sentí una quemazón horrible, así que volví a limpiar la zona y lo dejé descubierto.
¿Habéis detectado ya el grave error? Debí cubrir mi tatuaje las horas que le correspondían, hacer reposo para que la circulación fluyera y evitar la inflamación. Podría haberme metido las manos en el culo y dejar la limpieza para otro día y lo más importante, en el momento en el que detecté que algo no iba bien, debería haber acudido al médico.
Dejé pasar 2 días antes de acudir al médico con un edema que abarcaba desde el tobillo hasta la rodilla. La fiebre había comenzado a aparecer y la pierna tenía un aspecto bastante jodido además que el dolor al intentar caminar era arrollador. Cuando la doctora vio tal espectáculo primero se hizo cruces sabiendo lo cuidadosa que soy yo con todos mis tatuajes, hizo alguna que otra prueba y diagnóstico… y muy cabreada me dijo que la infección era debida a una bacteria llamada “Streptococcus tipo A”. (Lo que viene siendo que es una bacteria que se alimenta de carne, tal cual.)
Comenzamos tratamiento inmediato intravenoso. Dermatológicamente tuve que aplicar una crema antibiótica que literalmente arrancó toda la piel infectada, cayendo con ella partes del tatuaje. Los tatuajes alcanzan la dermis, que es la segunda capa de la piel. Mi infección alcanzó la epidermis, dermis y me fue de un pelo no llegar también la hipodermis (3 capas de la piel). Fueron 2 meses de raspado casi diario en enfermería, para que la herida que había causado la infección quedara totalmente limpia. Un dolor y un malestar brutal… Bien merecido lo tenía ¡por gilipollas!
2 años después, mi piel ya está sana y lista para poder arreglar el tatuaje que por mi irresponsabilidad por poco me cuesta el ingreso hospitalario.
Quería compartir con vosotras y vosotros mi experiencia, porque nunca nos planteamos que un tatuaje pueda infectarse de esta manera, hasta que pasa. Con el verano, veo el escaso cuidado de los tatuajes, y me echo las manos a la cabeza.
Hay que tener muy claro que un tatuaje es una herida abierta, y que, como toda herida está expuesta a infecciones (y las bacterias deseando colarse). Queridas, queridos recordad:
- Es fundamental seguir al pie de la letra las indicaciones del tatuador.
- Ser constantes en la higiene y desinfección de la zona.
- Utiliza la crema cicatrizante.
- Evitar exponer el tatuaje al sol
- Las piscinas o el mar no es buen aliado con un tatuaje recién hecho
Un tatuaje infectado puede hacer peligrar vuestra salud así que por favor si veis que algo no va bien, consultar con vuestro tatuador o al médico. No dejéis que un precioso puñal tradicional acabe convirtiéndose en un puñal oxidado.