A ver, que a mí es a la primera que me mola el mundo esotérico, del tarot, de las energías y todo lo místico. Lo que creo que es importante es saber dónde poner los límites. 

Mi amiga y yo hemos ido varias veces a echarnos las cartas. Ella es súper fan de estas cosas y es quien me llevó por primera vez a echármelas yo. Es verdad que es cuanto menos curioso y que da chicha para muchos cafés y algunas risas si te dijeron esto o lo otro, o si el maromo con el que sales será al que se refiere la tarotista cuando te dicen que te podrán los cuernos.

La cosa es que lo que para mí es súper puntual, para mi amiga me da impresión de que se ha convertido en una especie de obsesión o adicción. 

Ella ha probado a lo largo de estos años con diferentes tarotistas. Hay una de éstas con la que parece que de unos meses para acá ha tenido una conexión mística o algo así, porque de pronto es como su súper amigui, su confidente y casi que su guía espiritual. Su palabra va a misa, al punto de que basa sus decisiones en lo que ella dice que ve en las cartas, como si esto fuese una verdad absoluta sin margen de error.

Sé que está hablando con ella con mucha asiduidad, incluso por teléfono, al punto que creo que consulta cada par de semanas como mucho. Todo tipo de duda o decisión que tenga que tomar, la tiene que sopesar con su nueva gurú, ya sea laboral, amorosa, amistosa, familiar…

Por ejemplo esta mujer le dijo que la pareja que tenía no la amaba de verdad y que ella terminaría dejándolo, y aunque llevaba en ese momento ya varios meses con un chico y estaba muy feliz con él, esto hizo que su fijación con este tema terminara en ruptura, y personalmente, no creo que fuese el destino, sino su inclinación a hacer que esto ocurra para darle crédito a lo que le dice su pitonisa, que para ella parece que es palabra de Dios.

Le ofrecieron hace un mes asumir más responsabilidades en su puesto de trabajo, ella lo consultó con su tarotista y ésta le dijo que no veía claras las intenciones de su jefe, por lo que ella rechazó esa oportunidad.

Recientemente su gurú le ha dicho que tenga cuidado con una amiga rubia que le tiene mucha envidia. Menos mal que soy morena porque desde entonces tiene cruzada a otra amiga nuestra (rubia, claro), que la verdad es que considero que la chavala la mira con muy buenos ojos y para nada tiene ese tipo de maldad con ella, pero mi amiga ya se ha montado una película enorme y está sacando de contexto de nuevo un millón de historias con esta amiga rubia para buscarle significado a esa posible maldad y envidia. 

Vivo en tensión de que cualquier día esta señora le diga algo de una supuesta amiga con una descripción en la que yo le cuadre y la tome conmigo…. Es lo que tiene vivir supeditada a la opinión de una persona ajena y que no dudo que sea profesional, pero que al final no hace más que suponer e interpretar y mi amiga considero que se lo toma enfermizamente en serio.

Sé que debería abordar seriamente este tema con ella, pero mucho me temo que lo compartirá con su gurú y ésta, por no perder ese ingreso, seguro que le dice que soy de nuevo otra mala compañía que le tiene envidia o algo así y va a acabar con nuestra relación. De momento sólo se lo dejo caer y le digo que este tema no me convence, pero realmente me tiene muy preocupada…. ¿Qué haríais vosotras?

 

Anónimo

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