Una mentira siempre es algo que sienta mal, las cosas como son. Pero según la situación puedes llegar a entender el instinto básico del que te está troleando. Aunque también te puede arruinar la vida, como leerás en algunos de los artículos de WLS ¿Qué le lleva al mentiroso a hacerlo? ¿Cómo detectarlo? Y finalmente, ¿cómo actuar cuando lo cazas? 

Para dar respuesta a esto existen empresas que funcionan como asesorías para detectar mentiras. Calibrate es una de ellas y su fundadora y CEO, Pamela Meyer, es un referente en la materia.

 

  • La variedad de motivos que tenemos para mentir es tan amplia como puedas imaginar.  Pamela nos habla de dos tipos de mentiras. Las ofensivas, para obtener algo y las defensivas, para protegernos de una amenaza. La barbaridad de un 60% de nosotros lo hacemos unas dos o tres veces cada diez minutos. Esto se multiplica si estamos en una entrevista de trabajo. Yo sé contar hasta diez en alemán, pero en el CV tengo nivel básico. 

En muchos de los vídeos que puedes ver de la fundadora de Calibrate googleándolaescucharás que la culpa de la mentira es tanto del que engaña como del que se deja engañar. ¿Por qué? Porque  nos creemos poligrafistas y no tenemos ni idea.  

Para empezar, eso de mover pies y manos, no mirar a los ojos, sudar…según Pamela es un mito. Yo misma no dejo de mover los pies ni dormida y no por eso estoy mintiendo 24/7, solamente tengo el baile de San Vito. Dicho esto, ¿cómo resuelve Pamela la segunda incógnita?, ¿cómo cazamos al mentiroso?  

  • Deja de observar sus gestos y haz trabajar su mente con rapidez. Mientras mienten, no lo hacen con la tranquilidad que tienen cuando te comentan simplemente que esta mañana fueron a por el pan. La maquinaria del cerebro está trabajando para no cagarla y cualquier intromisión puede hacer saltar todo por los aires. 

«Cuando una persona está concentrada en mantener una mentira mientras parece tranquila y espontánea, su carga cognitiva es muy alta. Es como si tuviera muchos engranajes en su mente funcionando a toda máquina para procesar la situación en tiempo real y actuar en consecuencia. No te obsesiones buscando indicios y concéntrate más bien en añadirle carga cognitiva», comenta Meyer. 

También puedes forzar para que no se quede en lo superficial, escoge aquello que te escama y haz que profundice más. La historia que tiene preparada seguramente no sea tan detallada como para tener margen para la improvisación. Si le preguntas si al llegar a la panadería había mucha gente, será capaz de responder rápido, siempre y cuando sea cierto que estuvo allí, pero si no fue a por el pan, tardará algo más de lo normal en procesar lo que debe contestar. Ya si le pides que te hable con un orden cronológico… se hace caquita encima. 

  • Llega la parte final. Estás casi convencida de que estás hablando con un fulero. ¿Qué haría Pamela si estuviera en tu pellejo? ¿Llevarlo a rastras a un Poli Delux? Pues como todo, depende. Lo primero es evitar de entrada la confrontación. Empatiza, quizá entiendas por qué está mintiendo y a partir de ahí actúa en consecuencia. Pero empieza siempre por analizar los riesgos que corres descarándolo abiertamente. Por ejemplo, ¿estáis solos?, ¿se puede avergonzar? 

No tengo muchas ganas de poner en práctica lo aprendido con Pamela, la verdad. Prefiero que no me mientan y si sospecho que es de una manera piadosa, quizá sea por algo. Para mentir siempre se dijo que hay que tener muy buena memoria y para pillar al mentiroso parece que necesitas una mente ágil (y ganas) para poner al otro contra las cuerdas. Conclusión, la mentira, como la belleza, no está en el exterior, hay que buscarla dentro y dejar a los que tenemos tics en los pies vivir en paz. 

@Loryzepam_