¿Haces lo mismo que tus amigas y tu pelo no queda igual de sedoso y brillante? ¿Lees en todos los artículos sobre cuidado del cabello que hay que cepillarlo al menos diez minutos cada día y para ti es un suplicio? ¿Te lavas el pelo cada día para poder peinarte? ¡Deja de maltratar tus rizos!

Desde hace unos dos años tomé la decisión de reconciliarme con mi pelo rizado, después de odiarlo toda la vida porque no se veía bien y desear en cada ocasión posible que fuera liso. Pregunté, leí y fui probando aquellas opciones que encontré y con unos cambios sencillos he conseguido que se vea bastante mejor que antaño.

Hablando con unas y con otras –e incluso leyendo testimonios de expertas en pelo rizado– me he dado cuenta de que, a la mayoría, no nos enseñan cómo hay que tratarlo. ¡Mi madre tenía un pelo rizado maravilloso y se pasó su vida cepillándolo!

Por eso te pido que leas estos cinco consejos básicos para el pelo rizado y si no sigues este abecé, empieza a hacerlo. Si nunca te han enseñado que el pelo rizado no se atiende igual que el liso, seguro que no estás haciendo bien alguna de estas cosas. Si tenéis hijos o hijas con el pelo rizado, leedlo también.

1. Tira el cepillo
Nunca jamás te cepilles el pelo. Ni con cerdas de plástico ni de jabalí, da igual, no son para ti. Recupera el pincho de púas anchas y úsalo solo si encuentras algún nudo que haya que deshacer. Siempre siempre en mojado.

2. Lávate el pelo cada 3 o 4 días
Antes era obligatorio para retirar los restos de espuma y gomina que utilizaba para mantener a raya el encrespamiento de mi pelo. Cada mañana igual porque al levantarme parecía una loca. Las de pelo rizado me entendéis, ¿a que sí? Empecé a leer y leer sobre cómo cuidar el pelo rizado. Abandoné la mala costumbre de lavarme la cabeza con champú cada día y pasé a hacerlo cada 3 o 4 días, según aguantara.

3. Utiliza menos champú
Los champús “normales” tienen sulfatos, que, por lo visto, hacen que el pelo se reseque. Eso es justo lo que no necesita el pelo rizado. Por eso es bueno reducir el uso de champús. Un modo de hacerlo es que, si el pelo no está sucio (si no tiene exceso de producto, si no has ido al gimnasio…), en lavados alternos utilices solo el acondicionador. Al enjuagar, no retires todo el producto. Además, recomiendan utilizar champús sin sulfatos pero eso aún no lo he probado. Ya os contaré cuando lo haga.

4. Sécalo al aire siempre que puedas
Parece una tontería pero es con diferencia el mejor consejo para que el rizo se forme de manera natural. Al terminar el lavado, enrolla el pelo en una toalla y deja que absorba la mayor parte de la humedad, sin frotar. Hace una semana que he empezado a enrollarlo con una camiseta de algodón porque dicen que se encrespa menos pero aún no he notado cambio en eso. Si lo ves necesario, sécalo pero solo la raíz para no tener la sensación de humedad y frío. Luego, deja que se seque el resto al aire.

5. Usa aceite al menos una vez al mes
Empecé a utilizarlo alguna vez en verano, tras los días de playa y luego seguí con él para gastarlo. Ahora ya no puedo vivir sin aceite. Después de probar su aplicación en seco o en mojado, prefiero hacerlo en mojado, justo después de retirar la toalla. En el momento la sensación que te queda es que tu pelo es puro aceite pero, amigas, cuando se ha secado es maravilloso y el pelo brilla ¡tan bonito! Como la raíz es la parte más grasa, te recomiendo aplicarlo solo en las puntas o, si tienes el pelo largo, de las orejas hacia bajo.

Afortunadamente, son pautas tan sencillas que no cuesta nada cambiarlas. A vosotras, ¿os enseñaron esto de niñas o lo habéis aprendido como yo de mayores? Me encantaría conocer vuestras experiencias.