Ya sabéis que Disney, con todas sus contradicciones, es una de nuestras debilidades. El tema es que el lunes vio la luz el trailer de «Ralf rompe Internet» (o lo que viene a ser lo mismo «Rompe Ralf 2») y, efectivamente, está rompiendo internet porque ¡ay, las princesas!

Llevamos unos años viendo algunos avances en cuanto a estereotipos de género se refiere, parece que las películas Disney se van modernizando. Gracias, por ejemplo, a Elsa y Ana (de Frozen), a Mérida (de Brave) o a Vaiana (de Vaiana, ¡jaja!), la imagen de la mujer que se transmite a las niñas (y a los niños, importante) es un poquito menos tóxica. Ahora «ser princesa» poco tiene que ver con el concepto tradicional del amor romántico de Blancanieves, La Cenicienta o La Bella Durmiente. Las historias de las protagonistas actuales ya no acaban en el ansiado beso y son muchachas que hacen de todo, todo el rato. Aunque todavía queda mucho trabajo por hacer, resulta que las princesas Disney son personas (en el sentido figurado del término, ya me entendéis)… OH, WAIT!

Los creativos de esta nueva película, que podremos ver en el mes de diciembre (ahí, gestionando chachi los tiempos para crearnos ansiedad Y TAL), se han lucido y han escogido una escena maravillosa como gancho para el trailer, que pasa a ser automáticamente historia del cine animado y de la humanidad. El tono gamberro de la historia de Rompe Ralf ayuda mucho para el autoescarnio y todas esas cosas, pero lo damos por muy bueno.

La secuela transcurre dentro de Internet, así que os podéis imaginar que tenemos todo nuestro imaginario (y el de la chavalada, claro) presente a tope. Bien de cultura popular, digital y el puto mundo Disney omnipresente (tiene pinta de ser una peli de cameos). La sola idea de juntar a todas las princesas en un solo plano hace que me explote la cabeza pero es que encima (intensity) tiene el punto perfecto de humor, mala leche y verdad.

YouTube video

La escena definitiva consiste en Vanellope intentando convencer al resto de princesas presentes en la habitación de que ella también es una princesa. Es entonces cuando empiezan a lanzar preguntas cargaditas de ironía sobre todo aquello que se supone que es ser princesa…

¿Has sido envenenada?

¡No!

¿Maldecida?

¡No!

¿Secuestrada o esclavizada?

¡No, no! ¿Estáis bien? ¿Voy llamando a la policía?

¿Todo el mundo da por hecho que tus problemas se solucionarán cuando aparece un hombre grande y fuerte?

Risas agridulces. Resulta muy curioso ver a esos personajes, que han programado para adoctrinarnos desde pequeñitas, diciendo exactamente las mismas cosas que se les ha criticado desde los feminismos. No tengo muy claro que lxs niñxs lo entiendan absolutamente todo (demasiada ironía), pero por lo menos espero que esa imagen de las princesas haciendo el macarra (Cenicienta rompiendo el zapato para usarlo como arma debería de representarnos a todas hasta el infinito) se les quede grabada a fuego.

Nos gusta este Disney que escucha, aunque sea un poco, las demandas de igualdad de la sociedad. Nos gusta que, a su manera y en determinadas películas, se trabaje en acabar con ese sexismo que construye una sociedad completamente enferma. Nos gusta mucho que por lo menos lo intenten.

Todo esto con Daft Punk de fondo. MARAVILLA.