Con Arsenal me refiero a que entre mi marido y yo tenemos una tienda erótica en casa. No por toda la casa, a ver. Tenemos varios cajones en la cómoda de la habitación toda llena de juguetes. Dildos, vibradores, lubricantes, material de BDSM, de todo un poco porque en la variedad está el gusto y porque mi novio y yo disfrutamos como enanos descubriendo cosas. Nuestra vida es mucho mejor ahora, pero ese tema es para otro post.

Tenemos todos los juguetes a mano, y no es raro la vez que hay alguno de ellos secando en el lavabo después de lavarlo. Es nuestra casa, y no ocultamos nada como si estuviera prohibido, somos sólo nosotros dos solos. Aunque por obvias razones cuando vienen visitas evitamos dejar penes de goma realistas y pinzas para pezones a la vista de la gente. Preferimos no escandalizar a nadie y evitar los chistes y las comparaciones entre 50 sombras de Grey y nuestra vida, aunque sea gracioso no nos engañemos. Pero a lo que iba, el resto del tiempo, bueno… Es nuestra casa y estamos a gusto.

La cosa es que mi suegra tiene llaves de casa, no es que las use para entrar en nuestra casa a discreción. No. Le dimos una copia por si algún día pasaba algo, lo normal.

Y el otro día pasó. Con tanta lluvia hubo goteras y la vecina de abajo nos llamó diciendo que tenía agua en su baño y que si podíamos mirar, pero yo estaba fuera de la ciudad por trabajo, y mi novio no podía escaparse del suyo. Así que se le ocurrió llamar a la madre para que fuera a echar un vistazo. A mi me pareció genial, y ya contaba con invitarla a cenar por agradecerle que se acercara a nuestra casa y mirarlo por nosotros…

Lo que no me di cuenta es cuando dos días después vino a casa a comer y nos miró raro. Con raro me refiero a que parecía que estaba entrando en un plató de películas porno y ella era una monja y yo una actriz porno o algo así. En un principio no sabía por que me miraba de esa manera, no tenía ni idea, o al menos no me imaginé que sería porque la mujer había entrado en mi casa y mi novio no había guardado aun tooooodos los juguetitos que habíamos usado la noche anterior. Que encima ya os digo que nos habíamos puesto creativos y no veáis el despliegue que habíamos dejado en la encimera del lavabo. Entre los dildos, los plugs anales, los vibradores, el anillo… (Fueron unas horas intensas. Algo que disfruté más que una tarta de chocolate en días de regla. Hicimos de todo, y suerte tuve que la cuerda, las esposas y la fusta no había que limpiarlas.)

La cosa es que mi señora suegra, bueno…. Tuvo una amplia vista de toda la variedad de aparatitos que tenemos y claro DRAMA AL CANTO. Me costó que hablara, sólo nos miraba mal, sobre todo a mi. Hasta que al final algo hizo clic en mi mente y tras un par de codazos a mi novio, y un poco sutil: Cariño ayúdame a hacer el café que la cafetera no funciona. Conseguí llevarlo a la cocina y preguntarle porque su madre estaba de morros. Tras un par de preguntas mi temor fue confirmado. No había guardado nada.

No había tenido nunca una tarde tan incómoda con mi suegra. Porque claro… ¿Qué haces? ¿Sacas el tema o te callas? 

Pero no hizo falta mucho, ya nos lo aseguró, un café con gotas después vino el primer comentario.

-Cariño no te crié para que hicieras esas cosas…

¿Perdona? ¿Qué no lo crío como? Ni que hubiéramos matado a un gatito o algo así. 

Además encima nos recriminó que dejáramos eso a la vista, porque nuestras perversiones eran nuestras. Y en una cosa tenía razón, nuestros juegos son nuestros, pero no contaba con que pasara lo de las goteras ¡y que demonios! Tampoco hicimos nada malo.

Ahora mi suegra cada vez que viene a casa deja caer comentarios sutiles sobre el baño, la disponibilidad y la limpieza y no deja la oportunidad de mirarme de reojo y echarme pullitas.

Pues qué queréis que os diga. O se hace a la idea o se fastidia. Porque no tenemos intención de cambiar eso. Ni mi novio ni yo.

Psd: La madre se escandalizó, el padre cuando se enteró le guiñó un ojo, le dio un codazo y lo invitó a una cerveza.

 

Anónimo

 

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