El otro día hablando con mi compi María Escobedo sobre comida, le comenté que era vegana ¿Y sabéis qué me dijo? NADA. Por primera vez, desde que cambié mi estilo de vida, no recibí ninguna reacción de sorpresa, ni ningún comentario ofensivo, ni siquiera un chascarrillo. NADA. .

oh

Lo primero que pensé fue un joder, qué raro que no me haya dicho ni mu. Pero luego me dije a mí misma, no hija no, lo que pasa que a esa chica le da igual lo que hagas, siempre y cuando no vayas haciendo rituales vudú que la puedan perjudicar. Si a ella le dio igual lo que comiera o dejara de comer ¿Por qué a mi no me resultó indiferente su (no) reacción?

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Tristemente vivimos en un mundo en el que nos acribillan a críticas por absolutamente todo. Sustituid el veganismo por otro estilo de vida, forma de ser o costumbre que tengáis, lo que sea que se os ocurra. No habrá diferencia. Cuando uno lleva una vida que, a ojos de los demás, no encaja con lo normal, debe acostumbrarse a aguantar muchas gilipolleces, y eso hace que nos pongamos a la defensiva o, en mi caso, poner cara de A ver qué burrada me suelta éste.

oprah

¿Qué mundo estamos construyendo para que la ausencia de crítica nos parezca algo tan raro? ¿No debería ser ya el momento en el que  dejemos estas gilipolleces en un cajón olvidado? Claro que una crítica constructiva no hace daño a nadie, pero una cosa es preguntar por curiosidad o dar tu opinión (aunque nadie te la haya pedido, pero en este caso vamos a aceptar pulpo como animal de compañía, por no rizar más el rizo) y otra muy distinta es soltar lo que te venga en gana solo porque no compartes el estilo de vida de quien tienes delante. Y AVISO, decir un No si yo dejo que haga lo que quiera, es su vida, pero me parece absurdo que …. (rellenad el hueco con lo que se os ocurra), es la misma basura.

oprah2

Al igual que también lo son los gestos que acompañan a dichos comentarios, eso que tampoco se nos olvide. Personalmente, no tengo ningún problema si alguien me pregunta la razón por la que cambié de hábitos o por cualquier otra cosa, pero ojo con las preguntas, con el tono con la que se formulan y, sobre todo cuidado con los gestos que las acompañan. Porque por si alguno no lo sabe, las caras de mofa cuentan como insulto aunque no abráis la puñetera boca. Ya es bastante cansado tener que soportar los mismos comentarios de sorna día sí y día también, como para encima decorarlos con muecas.

suspiro

¿Sabéis que ocurre con todo esto? Que resulta agotador y al final la mala contestación -la nuestra- se la come quien menos se la merece. Por eso es tan importante medir nuestras palabras y dejar que cada cual viva como quiera,  ya sabéis por eso del respeto y todo ese rollo.