EL MIEDO AL COVID AFECTA A MI VIDA SOCIAL Y LA GENTE YA NO LO ENTIENDE 

Hoy quiero hablar de una problemática relativamente reciente pero que ahora mismo es nuestro pan de cada día, y esto es, ¿qué hago cuando me invitan a algún evento/quedada/celebración y me da palo ir por si me contagio? 

Mi opinión es que actualmente la gran mayoría de personas han perdido ese miedo más intenso que nos acompañaba al principio de la pandemia, bien por el agotamiento relacionado con la toma de medidas de seguridad o bien por la llegada de la variante Omicron que parece ser, o al menos la gente lo considera, más leve. Esta disminución del miedo y de las conductas de prevención por una gran parte de la sociedad, ha conllevado que la minoría de personas que aún tenemos reparo, miedo o respeto (como queráis llamarlo) a contagiarnos, hayamos quedado como los “raros” o “paranoicos”. 

En mi caso, me voy moviendo un poco en función de cómo percibo la situación. Es decir, si veo que no estamos en plena ola y que la gente de mi alrededor o directamente de mi pueblo está sana, relajo las medidas. Pero si por el contrario, como por ejemplo ha ocurrido estas navidades pasadas, observo que el número de casos es creciente y que la mayoría de personas que conozco tienen el virus o poseen un riesgo elevado de contraerlo, pues me adapto y me quedo en casa. Supongo que cada persona emplea unas estrategias para convivir con esta “nueva normalidad” y tendrá unos motivos distintos para ser más o menos precavidos, no me voy a meter en eso. 

Pero bien, esta situación que os he planteado conlleva un choque entre estos dos grupos de personas, y es que el primero menos cuidadoso organiza quedadas y eventos como si nada sucediese, y el segundo, se ve en la obligación de rechazarlos, lo que por lo menos en mi caso me provoca un poco de reparo. Entonces, mi pregunta es: ¿Es una buena justificación/excusa explicar que no vas a asistir porque no quieres contagiarte? Yo no tengo ninguna duda en afirmar que sí, pero en la práctica te encuentras con personas que no lo entienden. 

Personalmente, trato de no romper todos los lazos que me unen a mi entorno más cercano, y opto por apuntarme a planes al aire libre, tratar de convencer a la gente para comer en exteriores, llevar mascarilla o intentar no juntarme con las personas que sé que se mueven de discoteca en discoteca día sí día también. Pero aun así, en estos últimos meses, bastantes veces me he enfrentado a comentarios del tipo: “pero vente, si casi todos hemos pasado ya el virus”, “tía pero sal, que hace mucho que no nos vemos”, “es que el bar al que queremos ir no tiene terraza, pero bueno que da igual”, entre otros muchos más. Por no hablar de que en algunas ocasiones, he podido percibir como mi justificación les resultaba más una excusa barata que un motivo comprensible.

Por tanto y a modo de conclusión de este texto, invito a todo aquel que me esté leyendo a respetar las diferentes opiniones y formas de actuar en esta situación tan extraña que estamos viviendo (tanto a los que salen más siempre atendiendo a las medidas, como a los que prefieren no hacerlo), así como a tratar de empatizar con las personas que siguen teniendo miedo por ellos mismos o por sus seres queridos.

Y sobre todo, a no pensar que nos están colando una excusa, porque sinceramente os digo, que aunque exista gente que lo emplee de tal modo, cuando alguien te dice que no quiere asistir a causa del covid, probablemente le esté dando más rabia a esa persona que a ti. 

Inés.