Hubo una vez que tuve tema que te quema con un chico que no podía moverse de cuello para abajo. ¿Sabes qué? Que disfruté. Te voy a dar un ejemplo de cómo el sexo es más que coitos, orgasmos, incluso más que cuerpos.

Hay personas que, por su discapacidad, no despiertan el deseo de la gente. Porque nuestra sociedad es así de vez en cuando, oye. Te exige seguir un cánon de belleza. En nuestro colectivo, además, se nos exige llevar un letrero en la frente que diga: NO SOMOS PERSONAS ASEXUADAS, NOS GUSTA FOLLISQUEAR.

Por alguna razón que no logramos entender, se nos despoja de sexualidad. Se nos cree incapaces de sentir y dar placer. En los peores casos, hay personas que nunca han experimentado placer sexual, ni siquiera mediante masturbación. ¿Por qué no se masturban, si en ese caso no necesitas que nadie te desee? Por la misma razón por la que tú, o cualquiera que pueda leerme, se siente mal con su cuerpo. Porque nos creemos lo que la sociedad nos dice. Si me dicen que soy una mujer asexuada, acabo por no tocarme ni yo.

Pues lo que te decía. Que conocí un chico que nunca había sentido placer sexual. En su caso, además, hay que sumar que, aunque nunca se hubiera considerado asexuado, aunque hubiera querido masturbarse, no habría podido.

Una noche, estando de viaje, me confesó que yo le ponía. Confieso que, al principio, no me convencía la idea. Pero poco a poco, viendo el clima que se creaba, la cosa cambió. Había algo muy bonito en todo aquello. Aquel chaval me estaba mostrando todo lo que llevaba dentro. Me decía que le ponía, lo que resulta morboso, pero también me estaba dejando ver lo duro que era llegar a una cierta edad sin que nadie, nunca, le hubiera tocado.

Fue una noche dulce, muy tierna. Yo le hice disfrutar. Y le ayude a saber cómo era mi cuerpo (no podría mover los brazos solo, pero nadie ha dicho que yo no se los pudiera mover, amiga). Tras esta noche, vinieron un par de encuentros más.

Los detalles no importan, no intento relatar algo caliente o sexual. Quiero que sepas que, incluso en un caso como este, hay posibilidad de disfrutar. Entre ese chico y yo hubo un nivel de intimidad, una conexión, que con otro tío, echando un polvo completo, te aseguro que no hubiese conseguido. Lo que llegamos a compartir no se comparte con cualquiera. El sexo no es cosa de cuerpos, a veces es cosa de almas, de corazones o de mentes.

No te digo que ahora le digas que sí a cualquiera con discapacidad. Si no te gusta, pues es lo que hay. Pero sí te pido que, si alguien con discapacidad te hace tilín, no le prejuzgues, no hagas juicios sobre lo que puedes hacer y lo que vas a sentir o no a su lado. Las apariencias pueden engañar más de lo que crees. Todo el mundo tiene algo que ofrecer.