Cada una llama a este tipo de persona de una forma diferente, pero el español tiene una expresión maravillosa para definirlos: el perro del del hortelano, que ni come ni deja comer.

Que levante la mano toda aquella mujer que esté leyendo este texto y se haya encontrado con el típico tío de yo es que no busco nada serio, solo ser amigos, quizás con algún derecho”. No os puedo ver, pero pondría la mano en el fuego ahora mismo diciendo que muchas de vosotras tendría la mano en alto.

Mareadores de este palo los hay en todas partes y de tipos diferentes.

Un ejemplo es un chico de Tinder que conocí: empezamos a hablar por el chat de Tinder en el cual ninguno de los dos tenía una foto real (la mía era de un gato y la suya de un meme de internet). Vimos que teníamos un tipo de humor muy parecido así que decidimos pasar a Telegram para charlar de forma más personal y cómoda.

Una de esas conversaciones incluyó la famosa frase de “no estoy buscando una relación, solo hacer amigas” por parte de este muchacho y a mí me pareció estupendo.

Yo había entrado en Tinder por una mala ruptura y lo que quería era darme cuenta de que hay mucha gente en esta vida y que no se acaba el mundo por un chaval, así que tampoco me afectó que dijera eso.

La verdad es que hablábamos de forma bastante fluida y parecía que había un grado de confianza suficiente para que él me invitara a ir de fiesta con un par de amigos suyos. Quedamos en la estación de tren y allí nos vimos por primera vez. Venía con un amigo suyo que a mí se me cayeron las bragas al verlo. Ale, dos besos, presentación oficial, todo estupendo.

A mitad de la fiesta y después de mucho tonteo me acabé liando con su amigo. A las 6 de la mañana me despedí de ellos y fin de la noche. Imaginaos mi sorpresa cuando deja de contestarme a Telegram de la noche a la mañana. Le pregunté a su amigo y me dijo que a él también había dejado de contestarle tanto como antes.

La historia no tiene mucha más chicha pero sí me hizo darme cuenta de lo que estaba pasando. Hay gente que lo que busca es una reserva. Tener a una persona disponible, pero sin ningún grado de compromiso y así tampoco deber ningún tipo de responsabilidad emocional.

¿Pero qué pasa cuando tú te fijas en otra persona? Que se enfadan. Se ofenden muchísimo.

No te confundas, no es que se haya dado cuenta de que eres el amor de su vida y que quiere tener 5 hijos contigo, una casa de campo y dos perritos.

Ellos no es que piensen que por lo tontos que han sido van a perder a una chica increíble que se ha armado de paciencia y soporta sus tonterías para que no se sientan agobiados.

No. Lo que pasa es que le has dado una patada en el culo a su ego.

¿Cómo vas a fijarte en otro?

Por favor, tu deber es estar esperando a que a él se le abra el cielo en dos, baje la virgen, le acaricié la frente y de repente quiera estar contigo. Eso es lo que debes hacer, esperar infinitamente a algo imposible mientras le subes la autoestima porque tiene a una chica esperando a que él se decida. Y por cruel que parezca decirlo así: no se va a decidir por ti.

Vale, todas hemos escuchado la frase de “lo bueno se hace esperar” pero una cosa es necesitar tiempo y otra cosa es tener a alguien en el anzuelo para cuando te sientes solo.

No sé vosotras, pero para mí una amistad no es lo que suelen ofrecer este tipo de personas. Si no estás ahí para apoyarme en mis malos momentos, para ayudarme cuando lo necesito y solo te veo para tomar unas cervecitas y contarme tus dramas pues perdona querido, pero eso no es una amistad. Es una consulta y para eso pagas a una psicóloga que te va a escuchar con más ganas que yo y de paso sabrá qué decirte.

Rocío