Desde que era pequeñita siempre he tenido la piel seca. Es más, he tenido “brotes de sequedad” tan bestias que se me pelaban las piernas como si fuese una serpiente mudando la piel.
Cuando os digo que he probado de todo, quiero decir que he probado DE TODO. Cremas carísimas de farmacia, otras más baratas del supermercado, remedios naturales de la abuela… Me he gastado un pastizal en productos que o bien no hacían nada, o bien enmascaraban el problema y a los dos días estaba igual.
Total, que estaba yo desesperada cuando una idea un poquito de bombero retirado se me pasó por la cabeza. Era un día de esos en los que la piel se me caía a cachos, y a más seca estaba más me picaba, y a más me rascaba, peor se me ponía. En medio de ese bucle fui a la cocina en busca de algo que aliviase el picor y el dolor y ahí lo vi, en el armario…
¡Una botella de aceite de oliva!
Igual muchas conocéis las propiedades de este producto, pero a mi jamás se me había pasado por la cabeza usarlo para la piel. Sí, sé que usamos aceite de coco, aceite de almendras y demás productos en el mundo de la belleza, pero el de oliva nunca lo había probado.
Total, que cogí un poquito en mi mano y me lo puse en las piernas y… MILAGRO. Eso ya no picaba, ni escocía, ni se caía a cachos. Me pareció tan buen producto que empecé a usarlo en mi rutina habitual.
Cogí un botecito viejo que tenía en el baño de un jabón y lo llené de aceite de oliva, y desde entonces mi piel está radiante, hidratada, nutrida, suave y sana.
¿Cómo aplicarlo?
Al principio enguarraba todo el baño y me sentía un pelín incómoda con la sensación grasa de la piel, pero ahora le he pillado el truco y es súper cómodo.
Al salir de la ducha, con la piel todavía húmeda, me aplico un par de pumps en la mano y los extiendo por las piernas, brazos, vientre y pechos. Después me pongo la toalla y dejo que el aceite haga efecto mientras me seco el pelo, me maquillo y tal. Después me termino de secar con la toalla del cuerpo a toquecitos. Jamás arrastro para no irritar la piel, sólo aprieto las zonas que tienen mucha grasilla.
La piel queda genial y no se hace nada pesado.
Ah, y un truqui súper útil es combinar el efecto del aceite de oliva con el aloe vera. Eso sí, vigilad que tenga ingredientes naturales, porque muchos geles tienen de todo menos aloe vera. Y ya si es natural directamente de la hoja mejor que mejor.
