¿En casa de la abuela hay que cumplir sus normas? He aquí la cuestión.

Yo respondería con un “a veces si, y a veces no”. Y creo que la mayoría de las mamás me vais a apoyar en esto.

Tengo un hijo de 5 años que, a veces, me cuidan mis padres o mis suegros. Por horarios de trabajo, su padre y yo nos ocupamos de nuestros hijos a diario y nos apañamos bastante bien, pero en alguna ocasión, hemos tenia que echar mano de los abuelos. Algunas veces por capricho del niño, porque le encanta quedarse a dormir en casa de la abuela, pero no por necesidad real.

El caso es que cuando vamos a casa de mis padres, es una continua lucha con mi madre. Entiendo que es su nieto, que lo van a consentir, que para eso están, pero hay cosas que creo que rozan los límites de la educación y la salud.

Por ejemplo, comprarle un juguete cada vez que va a su casa. Yo comprendo que son tus nietos y que te apetece gastarte tu dinero en juguetitos, pero, en mi opinión, estás ganándote el amor de tu nieto a golpe de talonario. El niño muchas veces quiere ir a casa de los abuelos porque sabe que tendrá allí un regalo esperándole. Y no lo digo yo, lo dice mi hijo, que otra cosa no, pero los niños sinceros son. Más de un día me ha soltado “quiero mucho a la yaya porque me compra muchos juguetes”.

Además del despilfarro económico, el problema es que están creando un niño interesado y mimado. Que el día que vaya a casa de los abuelos y no haya cacharro nuevo, va a liar un pollo de tres pares de narices. Ya os hablé en otro artículo de los niños hiperregalados, pues mi hijo es uno de ellos.

¿Cuántas veces he hablado esto con mi madre? Muchas. ¿Cuántas veces me ha hecho caso? Ninguna. Su respuesta es que: es su dinero y es su casa, y en su casa, sus normas.

Otra pelea que tengo, esta más con mi suegra, es el tema del azúcar. Llega a casa de mis suegros y le han comprado chocolatinas de todo tipo, huevo Kinder, batidos de chocolate, y todo lo que se os pueda ocurrir. Me llaman exagerada, pero es que no me parece normal que mi hijo se atiborre de azúcar cuando está allí. No es bueno para su salud. No sé vuestros hijos, pero el mío se pone como una moto, le da el subidón de azúcar y se sube por las paredes.

 

Bueno, pues es una batalla perdida. No les basta con una o dos chocolatinas, le tienen que dar media sección de dulces del supermercado. Creo que deberían respetar nuestra decisión como padres de no darle cierta cantidad de azúcar, pero por un oído les entra y por el otro les sale.

Otra cosa que tienen bastante manía de hacer mis padres y también mis suegros, es ponerle la tele al niño según entra por la puerta. Que si el niño está allí dos, tres o cuatro horas, son las horas que se tira delante de la tele (y comiendo chocolate).

 

Si para una o dos veces a la semana que va el niño a vuestra casa, se tira todo ese rato viendo Boing o Clan, empanado delante de la caja tonta, creo que eso no es disfrutar de un nieto. Apaga la tele y juega con él.

Luego hay otras cosas que entiendo que hagan las abuelas, como preparar la comida favorita de su nieto cuando vamos a comer, o consentirle ciertos caprichos para que no tenga la pataleta. Entiendo que es tu casa y hay que seguir tus normas, pero un poco de disciplina de vez en cuando no les viene mal. Y, sobre todo, creo que, por muy abuelos que seáis, tenéis que respetar las decisiones de los papás.