Hablemos de genitales. Una, en su inmensa ignorancia de libros de ciencias naturales y algún que otro vídeo porno, seguía pensando a sus 25 que todos los genitales de los cuerpos blancos eran de un color rosado uniforme y sin un solo grano ni marca. Voy a contaros cómo me enteré de que no y qué ha pasado desde entonces. 

Bien, lo primero que pasó es que engordé y mis muslos decidieron vivir su amor bien pegaditos, sobre todo en verano. Hasta aquí todo normal pero el cuarto o quinto año, las rozaduras empezaron a ponerse oscuras. Oscuras nivel que al principio dudaba si era roña o incluso costra de la herida que me hacía, hasta que me di cuenta de que era mi piel oscureciéndose en esa zona. Leí que podía ser debido a tanto tiempo “herida sobre herida” y reconozco que al principio me generó un poco de complejo, hasta que entendí todavía más lo normal que era esto. 

 

Lo segundo que me hizo entender esta realidad fue conocer a mi pareja y a su hermana. Ambas tenían la zona de las axilas y los genitales (conozco los de mi pareja, los de mi cuñada me lo ha explicado ella) más oscuras que el resto del cuerpo. La diferencia entre los dos tonos de piel era bastante notoria y al principio me sorprendió porque, volviendo a la ignorancia que mencionaba al principio, yo pensaba que eso tenía que ser un error de la genética o alguna reacción extraña al sol. Pues no, amigas, la realidad es que cada piel, como cada cuerpo en sí mismo, es un maravilloso cosmos lleno de variantes que no podemos controlar y ésta es una de ellas. 

Sin entrar en que hay casos en los que esa diferencia de tono puede ser resultado de algún problema de salud mayor, la realidad es que no todas las pieles son uniformes en cuanto al color y que es lo más normal del mundo. Nos siguen vendiendo esas ideas de belleza en cuerpos normativos, uniformes, simétricos…Y eso nos aleja de la realidad en la que no hay, ni por asomo, dos personas iguales. Pero claro, ¿dónde has visto tú anuncios que muestren cuerpos con tono de piel uniforme como sinónimo de belleza? Es facilísimo caer en la comparativa y el complejo cuando lo que tú ves en el espejo no se parece a nada de lo que ves ahí fuera. 

Solo quería escribiros esto porque para mí ha sido un camino de pillarme muchas veces criticándome o sintiéndome fea por este tema, han sido muchas veces pasando calor con pantalones largos para que no se me vieran las piernas y ni hablemos de tener intimidad con mi pareja…Hasta que te das cuenta de que no puedes vivir toda la vida luchando contra ti misma. No si quieres salir cuerda de esta vida, porque estar todo el tiempo soñando con cambiar tu cuerpo sea como sea, desde luego es todo lo contrario a vivir…Os lo dice alguien que miró tratamientos (y que habló con muchas otras personas que también) para aclararse toda la piel sin pensar en las consecuencias que eso podría tener. Sé que es súper complicado pero tías, basta de odiarnos así. Algún día estoy segura que aprenderemos a mirarnos con admiración por todo lo que consiguen nuestros cuerpos, sin estar señalando constantemente lo que nos hace diferentes como si fuera algo malo, solo por el hecho de ser distinto. 

 

Si hay alguna por aquí con esto, me encantaría leer cómo os sentís al respecto.

Redacción WLS