Nunca había contado esto a nadie, pero tras ver la polémica que se formó el otro día con la foto de la compresa y los pelos del culo, me he visto obligada a enviaros esto. Porque es un claro ejemplo de por qué es TAN necesario dar visibilidad a este tipo de fotografías y normalizar el vello femenino más allá de el de las piernas y los sobacos.

Yo no soy de Tinder ni de Adoptas ni de apps modernas. Yo soy del ligue de toda la vida, o en discoteca o el amigo del primo del vecino. Marino (nombre cambiado) fue de los segundos. El colega del novio de una amiga que conocí en un cumpleaños y con el que hubo tonteo desde el día uno. En ese cumple no pasó nada, pero nos dimos los teléfonos y guarreamos por whatsapp hasta la siguiente kedada en común en la que ya nos liamos. Yo ese día tenía la regla así que tampoco culminamos, pero ya empezaba a haber la suficiente confianza como para no esperar lo que sucedió en nuestro tercer encuentro.

Esta tercera vez ya quedamos solos directamente. Los dos teníamos muchísimas ganas de culminar lo que veníamos calentando de hace semanas. Así que le invité a mi casa a cenar, un vinito y dios dirá.

Todo iba bien (bien calentito, digo), hasta que se acercó a mi parruset para darle amor. Entonces la magia desapareció, la erección se le bajó y me dijo que no podía continuar. Yo no pregunté, porque sé que en esos momentos sea lo que sea lo que te van a decir no te va a gustar, pero él continuó supongo que para justificarse, y dijo que al haberme visto pelos por ahí dentro y no estar acostumbrado le había dado bajón. Que creía que las tías por ahí no teníamos pelos, que nunca había visto y le había dejado descolocado. 

Surrealista. Le dije que para tanta queja él llevaba un buen matojo sin depilar, y ahí agachó la cabeza. Me dijo que sí, que yo tenía razón pero que él no mandaba en lo que le gustaba a su miembro (o algo así, no recuerdo la frase literal). Charlamos un rato y finalmente se fue en lo que yo creía que había sido un rato incómodo pero que habíamos arreglado hablando.

Lo peor es que luego me enteré por un amigo en común que iba diciendo por ahí que yo tenía el culo como un mono peludo y que por eso ni habíamos follado.

Quizás no me creáis, pero los pelos de mi culo (que los tengo) entran dentro de la normalidad. Ni tengo un matojo ni son una locura. Sencillamente tengo unos pocos y no me los depilo porque DUELE QUE TE MUERES. Jamás había tenido problemas por esto con ningún hombre, y he practicado todo tipo de posturas como para que los hayan visto y hasta saludado.

Con esto quiero decir que SÍ, es muy necesario que tanto hombres y mujeres vean culos, coños y penes más allá de los del porno. Porque luego pasa que nos extrañamos por cosas que son realmente normales, y luego las nuevas generaciones viven con complejos absurdos como creer que son la única persona con pelos en el culo.

 

Anónimo