Esta es la primera vez que escribo en Weloversize, desde el anonimato, os sigo de manera casi adictiva, me encantáis, gente de toda esta gran comunidad sois geniales. Os agradezco como amenizáis esta etapa de mi vida tan restrictiva y solitaria.

Y ya dejemos las formalidades y pasemos a la acción… 3, 2, 1, ACCIÓN!

Por los días previos a San Valentín, leí comentarios, memes, artículos sobre los caramelos Halls del envoltorio negro. Que si las mamadas después de comer ese caramelo dan más placer, que si por el 14 de febrero se agotan esos caramelos por doquier…

Leí que la menta es tan potente que tiene efecto vasodilatador y de ahí que el placer del sexo oral aumente.

A mi me hizo muchísima gracia todo este tema, y claro aquí la «moi» empezó a maquinar con su cabecita que algo había que hacer con esos caramelitos. Pero bueno quedó un poco en el limbo, porque claro si os soy sincera llevo más de un año sin acostarme con nadie, y aunque soy una reina metiendo mamazos y estoy, o estaba deseando hacerlo con esos caramelos, la expresión; no me como nada, es literal y así seguirá siendo esperemos que por un breve periodo de tiempo.

Pues nada, el destino que es muy goloso, y nunca mejor dicho, me puso en mi camino un paquetito de caramelos Hall negros, fui a echar gasolina y justo cuando iba a pagar voilà. Ahí estaban ellos todos amontonaditos, en abundancia, ordenaditos por colores y a muy buen precio. Mi cabeza se puso a mil en ese momento, ver el paquetito negro fue algo así como ver al negro del WhatsApp, válgame la redundancia.
(Killa que lo cojas! killa cógelo, como poco te va a valer para refrescar el aliento mañanero)

Pues nada, llegué de trabajar, me relajé un rato, y yo no sé vosotras pero a mi en momentos de estrés y soledad, las pajas me son una vía de escape, un placer que me evade, y encima es que a veces me hago varias diariamente.

Y de nuevo mi cabeza me habló: killa prueba a tocarte el clítoris chupándote un dedo mientras te comes un caramelito.

Y yo que soy de obedecer, pues lo hice, pero como también soy de sexo un poco bestia pues me dio por tocar el caramelito mojado y luego tocarme ahí abajo…

Sinceramente empecé a notar un frescor, noté como eso de ahí abajo se inflaba, y me puse a mil en cero coma, tuve un orgasmazo, y cuando tocaba relajarse y poner carita de felicidad, empecé a notar que el frescor seguía aumentando ahí abajo. Empecé a notar que el potorro me crecía o se me multiplicaba.

Me lo miré en un espejo y eso estaba rojo como un tomate, ¿Qué cojones hago yo ahora? ¿Voy a urgencias? ¿Qué coño le digo al médico? Bueno no hace falta que le diga ningún coño, con enseñarlo ya la imagen habla por si misma. Si le explico que todo eso lo he liado con un caramelito, a mi me publican en redes sociales, o incluso en el diario local, vamos ya me estaba yo imaginando la cara del médico, del personal de enfermería, el celador, y hasta de los que hay en la sala de espera… Mi cabeza en modo drama nivel Dios.

Al final opté por darme una ducha rápida. Ya que tenía que ir a urgencias, al menos no enseñarles el chumino con los pelos repegados de caramelo y olor a menta. Además de los fluidos propios del orgasmazo previo.

Con la santa suerte de que tal cual empecé a ducharme y echarle agua con jabón al potorro, la calma y tranquilidad comenzó a invadir mis partes más íntimas, y a su vez el desasosiego se iba de mi cabeza.


No sé si después de contar todo esto Caramelos Hall querrán regalarme una cajita de las grandes, por la publicidad que les he hecho sin ánimo de lucro, pero si lo hacen que sepan que me da igual el sabor, que los de color negro ya no me obsesionan.

Pepita pulgarcita