Conocí a un chico por Tinder, después de hablar muchas horas y quedar un par de veces para comprobar que no era alguien potencialmente peligroso, le invité a mi casa para pasar un fin de semana y que “conociera” mi ciudad y ya que estábamos que me “conociera” a mí. Hasta ahí todo bien, todo perfecto.

Era mi primera vez y estaba bastante nerviosa, pero el chico me ponía tanto que cuando estábamos juntos se me olvidaban totalmente todos los nervios y cualquier pensamiento medianamente lógico que aparecía en mi cabeza desaparecía.

Yo me imaginaba, por todo lo que había escuchado, que la primera vez sería un desastre, así que no tenía las expectativas demasiado altas, pero sorprendentemente la cosa estaba yendo bastante bien, y claro, todo no puede ser perfecto, así que ese ser abstracto que está en alguna parte y me odia vino a vengarse de mí y vino en forma de flatulencia.

En el momento que él estaba encima, por razones que aún desconozco, me entraron unas ganas tremendas de tirarme un pedo. Intenté apretar el culo para no pasar la mayor vergüenza de mi vida, pero obviamente apretar el culo mientras te están haciendo llegar al orgasmo se me hizo bastante difícil, tan difícil que ese gas rebelde quiso abandonar mi cuerpo,  y vaya si lo abandonó. Se oyó un plof alto y claro (creo que hasta hizo eco).

En ese momento mi cara debió ser un poema porque el chico paró y me miró con cara de ¿Qué pasa? ¿Qué hago mal? O no se enteró o no quiso que pasara más vergüenza.

Pero la cosa no acaba ahí, de la vergüenza y los nervios que sentí me puse a llorar como una magdalena. Y ahí estaba yo, mi primera vez, llorando como si ya echara de menos mi virginidad que llevaba tantos años conmigo, con un muchacho entre mis piernas que estaba flipándolo en colores mientras me decía que no pasaba nada, que no me preocupara.

Cuando por fin dejé de llorar nos empezamos a reír, aún hoy nos reímos de eso. Tirarse pedos es normal pero mejor evitarlo (si se puede) la primera vez que estáis en la cama con alguien sobre todo porque no podéis echarle la culpa al de al lado.

ANÓNIMA

 

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