Mira que me han pasado cosas random en el sexo pero lo que voy a contaros hoy sin duda se lleva la palma. Ha sido el momento en el que más pensamientos por segundo han aparecido en mi cabeza y en el que pasé más rápido todas las emociones del Emocionario.

Una noche salimos con mi grupo de amigas y amigos al garito de confianza. Estábamos allí y uno de mis amigos se encontró con unos compañeros del equipo en el que juega, que se unieron a nosotros. Hubo uno de ellos con el que empezaron las miraditas y el tonteo máximo y yo, completamente desentrenada de estos asuntos después de toda la movida del virus, no sabía ni cómo reaccionar. 

Estuvimos un rato charlando, nos tomamos un par de copas y cuando el bar cerró y a cada mochuelo le tocaba volver a su olivo, pensé en invitarle a mi casa. El chaval era monísimo y no sabía si iba a pasar algo entre nosotros o no pero la verdad es que me gustaba un pelín. 

Llegamos a mi casa y al poco rato nos empezamos a liar. Con todo el subidón del momento yo ni me acordaba de que podía estar en los días previos a la regla, así que seguí como si la movida no fuera conmigo. Empezamos a desnudarnos, a liarnos bien liados, y en una de esas noté como algo bajaba pero honestamente, con la de tiempo que llevaba sin follar y el rato que llevábamos calentando, pensé que era excitación pura y dura. Empezamos a hacerlo y la sorpresa vino cuando íbamos a cambiar de postura. Al movernos, me di cuenta de que la cama estaba manchada de sangre y cuando le miré el miembro al chaval…MOTHER OF GOD. 

La habitación estaba en penumbra pero teníamos encendida una lamparita por lo que pude ver perfectamente que me había bajado la regla y ahí se estaba manchando TODO. Me quedé blanca, no sabía si disimular y que se destapara el pastel al final pero mi cara habló por sí sola así que el muchacho se miró y soltó un “anda…” con un tono tan calmado que me terminó de descolocar. 

Empecé a balbucear, no sabía qué decir…Los tíos con los que había estado antes siempre renegaban de hacerlo con la regla y hablaban del ascazo que les daba. Me sabía fatal que el tío pensara que lo había hecho a sabiendas pero todavía me rallaba más imaginarme que eso me hubiera pasado cuando me estaba comiendo todo el parrusete. ENTONCES YA ES QUE ME DA ALGO. 

Total, que empecé a justificarme de que no sabía que me iba a bajar, que se había adelantado, que menudo marrón…Y el tío empezó a reírse. Os juro que yo estaba en un nivel de confusión extremo. Empecé a reírme de la forma más nerviosa que tenía en mi cajón de risas y se limitó a preguntarme si la mancha de la sábana se iba fácil. Yo le dije que no mucho, nos levantamos para sacarlas y yo asumí que ahí se había acabado todo. Me metí en el baño bastante avergonzada y al poco él picó la puerta, abrí y me preguntó “¿te falta mucho?”. Pensé que se refería al baño así que enseguida salí para que pudiera pasar él pero me agarró de la cintura y me sorprendió con un beso. Le confesé que estaba muerta de vergüenza y su respuesta fue abrazarme y decirme, como si de una buena amiga se tratara: “Que tengas la regla es lo más normal del mundo, a mí me no me importa para nada”.

Sé que esto debería ser lo normal y que no me generara sorpresa pero para mí era la primera vez en la que un tío que acababa de conocer, con el que solo estaba teniendo sexo esporádico, se mostraba tan comprensivo y más con este tema. Tuvimos una breve conversación al respecto pero decidí dejarme llevar y retomar la conversación después, si encartaba. Reconozco que me moló encontrar un tío que se mostrara tan abierto a esa conversación y a comprender sin tanto juicio una realidad por la que pasamos todas las mujeres de este mundo.

Al final no se desencadenó ninguna de las catástrofes que imaginé ni hubo tensión entre nosotros. Terminamos de hacerlo, gozamos de lo lindo, nos dimos una ducha al terminar y chim pum. Así que nada, nenas, lo que parecía que iba a ser un completo desastre de cita terminó siendo una pasada, no solo por el sexo sino por hacerlo con un desconocido tan estupendo. Ya ves, nunca sabe una dónde puedo encontrarlos.

Anónimo

 

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