Ahora que estamos en plena ola de calor me he acordado de uno de los grandes follodramas de mi vida. Y digo… voy a enviarlo a las chicas de WeLoversize que seguro lo disfrutan las muy perras.

Hablamos del año 2003. Mi segundo año de universidad y despiporre, y una de las olas de calor más bestias que se recuerdan. Siendo yo de costa me quedé en Madrid ese verano porque me había echado un par de ligues y un trabajillo que no pagaba mal. Cuando no estaba en el curro, estaba trajinándome a uno de esos dos maromos a los que recuerdo con placer y cariño.

Uno de ellos era especialmente fogoso. Se llamaba Joaquín y era asturiano, pero como yo se había quedado en Madrid ese verano y nos pasábamos el día como conejos. Recuerdo llegar a empapar el colchón de sudor y nuestros cuerpos pegados. Y ojo, no lo recuerdo con asco, la verdad es que fueron buenos tiempos.

Todo estupendo excepto aquella fatídica tarde de julio con más de 40 grados a la sombra en la que entre polvo y polvo se nos olvidó beber un poco de agua. ¿Y qué pasa cuando hace tantísimo calor y haces un sobreesfuerzo? Efectivamente, te da un parraque.

Y a mi amigo Joaquín le dio un golpe de calor cuando todavía tenía su polla dentro de mí. Un auténtico cuadro de Picasso.

El pobre se puso a decir cosas sin sentido y yo pensé que estaba vacilando. Hasta que empezó a empujar cada vez más despacio y… se desplomó. Sus 80kg de carne inerte y sudorosa encima de mí, y yo gritando del pánico. Os imagináis el panorama.

Conseguí zafarme y corrí a llamar a una ambulancia. Estaba tan nerviosa que no sabía si marcar el 091, el 911 o el número de la esperanza. Gracias a Dios el pobre Joaquín volvió a la vida antes de que llegase la ambulancia, aunque se lo llevaron para hacerle pruebas y confirmar lo que ya sabíamos. Le había dado un parracazo del caloret.

Sería la edad o las hormonas, pero ni aquello nos quitó las ganas de seguir follando como monetes aquel verano. ¡Besos Joaquín si me lees!

 

Leticia