Y que me gustaban a mí los Huevos. Y que era toda una fiesta cuando uno caía en mis manos y me lo comía tan agusto. Y siempre el huevo se relacionaba con algo bueno, alegre, divertido….

Entonces… ¿Por qué hace tanto que no me como uno? ¿Por qué hay cosas que siempre nos han gustado y hemos dejado de hacer?

Si, ya sé que comerse un Huevo de chocolate es una bobada (no estarías pensando otra cosa, ¿no?) pero representa esos pequeños placeres de la vida que sin saber por qué ya no están, ya no los disfrutamos, y no es porque no esté en nuestra mano.

Así que… Después de pensarlo me pasé por la tienda de chuches, esa que hacía mogollón que no entraba, y me pillé el preciado Huevo (y ya que estaba lacasitos, conguitos, huesitos, neones, fresas, dedos, realices, gusanitos, arroz inflado, alubias, monedas de gominola y de chocolate, tronquitos, dentaduras… Y alguna cosa más).

Photo by Polina Tankilevitch on Pexels.com

Luego disfruté de lo lindo hasta que el empacho fue evidente y no pude dormir. ¡¡¡Pero por fin me comí un Huevo!!!

Ahora, recuperado ese pequeño vicio infantil, pienso recuperar otros. Porque, ¡que leches! Si me alegran el día…

Estoy pensando en el algodón de azúcar, las manzanas de caramelo y el coco que compraba en la Feria. Pero también en perderme por nuevos caminos, coger culebrillas y bailar cualquier cosa que escuche donde la escuche.

Y Huevos… Pienso comerme mínimo uno a mes, que de vez en cuando soy buena chica y me merezco un dulce y alegrarme el día, ya vale de esperar gratas sorpresas que nunca llegan jajaja.  

 

@sandecesbybertabo