Hacks para madres abrumadas:

 

  1. Desahógate (pero de verdad) 

¿Sabes ese momento en el que tienes hambre o ganas de ir al baño y por alguna razón no puedes dejar de decirlo? Nuestro organismo tiene la necesidad de expresar aquello que le incomoda, y a menudo las mamás nos guardamos nuestras penas, sea porque sentimos que no está bien quejarnos, o porque tenemos la certeza de que van a juzgarnos, pero no es sano y piensa en la mente como un pozo en el que se va acumulando esa molestia como gotas gruesas de agua. Es necesario drenar. Encuentra a alguien de tu completa confianza, alguien que estés segura de que no te va a juzgar, y habla sin pelos en la lengua, «no he comido, huelo mal, amo a mi hijo, pero no lo soporto…» no tienes idea de lo que el simple hecho de expresarte puede aliviar. 

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2. Fíjate en ejemplos reales

 

No está bien compararnos entre madres, pero seamos honestas, que todas lo hemos hecho, y como si eso no fuese suficiente, nos comparamos con mujeres en redes sociales, que cuentan con una cuenta bancaria abultada, una niñera en escena por turno y la posibilidad de hacer una «puesta en escena» para cada cosa que publican. Si vas a mirar a otras madres, hack, fíjate en aquellas con tus mismas condiciones, con las mismas posibilidades y restricciones, esa vecina o compañera de trabajo que le están echando tantas ganas como tú porque no, no es nada fácil.

 

3. Date una dosis de amor propio semanal

Creo que una de las cosas que más cuesta de la maternidad es pasar a un segundo plano de manera tan brusca como nos pasa: vas al hospital, tienes un bebé, y a partir de ese día las personas no te saludan cuando llegas a un lugar, se fijan primero en el bebé, nadie pregunta cómo estás, preguntan cómo está el bebe, y así, pare de contar.

La prioridad es que el niño tenga ropa, no la mamá, se ve el canal de tv que el pequeño quiere, y así… sé que suena infantil, pero lo he expresado en otros artículos, el que seamos madres no nos hace menos humanas, o menos mujeres, no somos un robot, sentimos y a absolutamente nadie le gusta sentirse relegado.

Así que, otro de los hacks, una vez a la semana (en promedio sigue ganando el pequeño) pregúntate qué deseas tú, que quieres hacer tú, a dónde quieres ir, que te apetecería comer… y simplemente hazlo, al menos una vez cada siete días, pon tus necesidades primero. 

 

4.“Escapa» de la realidad 

Es común cuando tenemos uno o varios hijos, que no tengamos tiempo a solas, ni privacidad, un buen hack para descansar la mente y el cuerpo es adentrarnos en una realidad diferente a la nuestra por al menos unos minutos al día, ve una serie de tv que te guste (si es de episodios cortos mejor porque de seguro vas a ser interrumpida) lee una novela, escucha un podcast, pero haz algo que al menos por un rato, te lleve lejos del lugar donde estás y puedas reiniciar tu paciencia y energía.

 

Danellys Almarza