Serán cosas de volver a tener tiempo libre o sobre todo la necesidad de ver cosas que nos hagan desconectar de la realidad. Así que estos días, he vuelto a ver la gala 0 de OT1 y he flipado en colores y he entendido aún más porque le tenía tanta manía a Carlos Lozano por aquel entonces.

Revisitar cosas de hace tantos años (casi 20 años, OMG), siempre es complicado porque los comentarios machistas o los chistes racistas eran el pan nuestro de cada día y la gente todavía no estaba muy concienciada. Pero es que lo de este señor era tremendo (aunque entiendo que todo formaba parte del guión). Entonces, me caía mal, me provocaba rechazo. Ahora entiendo el por qué.

Comenzamos por la pose del presentador. Todo el rato tirado sobre el sofá, en el más puro manspreading. Perezón.

Pero cuando comienza a presentar a los concursantes viene la chicha. En general, el trato es el esperado: a ellos de machotes y a ellas siempre resaltando lo guapas que están.

En la segunda tanda de presentaciones están Álex y Rosa. A Álex se le presenta, literal, como «simpático y ligón y adicto a las mujeres». A lo que él responde «bueno, como cualquier hombre, sobre todo si son mujeres bellas» JOJO.

Y después de esto le toca a Rosa. Ay, Rosa. Desde el primer momento en OT a Rosa se le puso encima de la mesa su problema de peso. Siempre desde un  tono paternalista y el puntito de drama pobrecita, gorda que no consigue adelgazar, pero oye que lo importante es tu voz, pero que «si decides adelgazar aquí en la Academia lo vas a conseguir». Y entonces, pasan a presentar el comedor «ya que hablamos de comida».
Recordemos que en este momento empieza la maldición de Rosa para todas las gordas de España.

Y las referencias al físico les toca a casi todas. A Nuria Fergó le pregunta si cree que el físico es importante, ella da una respuesta normal «sobre que ya se sabe cómo es la tele» y él responde «bueno, detrás de un buen físico, tiene que haber un buen cerebro». Vaaale, te lo compramos, Carlos Lozano. Pero sigue «bueno, tú además te cuidas mucho, que vas al gimnasio y encima fuiste Miss Nerja. Ala, vamos a enseñar al público tu cuerpo serrano y a cantar». Eh, en serio, qué duro eran los primeros 2000.

Y la misma presentación del cuerpo serrano se lo repite a  Verónica. Que si recordáis estaba súper cachas: «¿cómo se consigue un cuerpo así como el que tienes?». Y entonces te acuerdas de que le acaba de preguntar a la otra que si el físico es importante.

¡Pero que de este rollo no se libran ni los profesores! «¿Este pequeñito quién es?» le dice al profesor de danza, que sí, era un señor bajito. «¿Y esta mujer tan guapa quién es?» «Este está fuerte».

Otra cosa que me llamó mucho la atención de esta gala 0 de OT1 es  la cantidad de veces que se repiten como objetivos la fama, el éxito en el sentido de vender mucho, ser muy famoso. Una cosa que me gusta de los nuevos OTs es que por encima de ese «ser famoso» les meten mucha caña con la formación y el esfuerzo.

En fin, que os lo veáis, que a pesar de estos WTF, es un rato de risas y nostalgia máxima. Y, por cierto, esos horribles looks, resulta que ahora hay cosas que se han puesto de moda otra vez. Vaya.

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