Si alguna vez tienes dudas sobre cualquier tema de este mundo, internet siempre tendrá una solución para ti, y por lo general, y solemos creerlo de primeras o no nos lo cuestionamos.

¿Cuántas son las personas que han puesto en riesgo su integridad física gracias  a estos “mariconsejos” como los llamo yo?, que si para adelgazar, tener una piel libre de granos, depilarse, tener más músculos, broncearse antes, etc.

El tema del alargamiento de pene no iba a ser menos por supuesto, solo tienes que teclear en google “cómo alargar el pene” y te saldrán millones de vídeos, artículos y  productos para conseguir ese deseado POLLÓN.

Desde pastillas y cremas “alargadoras” hasta artefactos de todo tipo, que te prometen el pene de Nacho Vidal en poco tiempo.

 

Y como este tema es muy muy delicado, y es la gran preocupación de una gran parte de la población, tanto masculina como femenina, la gente se aventura sin miedo a probar todos estos remedios.

En el mejor de los casos, solo habrás tirado tu dinero en un producto que no vale absolutamente para nada, pero en otras ocasiones puedes estar poniendo en riesgo tu salud.

Esta nueva técnica que promete alargar el pene es conocida en internet como “jelquing” la cual consiste en que cuando el pene esté en una erección media, la persona estire de él con relativa intensidad y durante un rato bastante prolongado.

La idea es, hacer pequeñas “cicatrices” en los cuerpos cavernosos que forman el pene, con la idea de que posteriormente estas cicatrices se rellenen dando unos milímetros de más, y poco a poco conseguir así esos codiciados “centímetros extras”.

Estirarse del pene hasta conseguir romper los cuerpos cavernosos no es solo una locura, si no que puede tener unas consecuencias nefastas e irreversibles para la persona.

Lo más fácil es que finalmente de tanto rasgar los tejidos (los cuales son claves para la erección) terminen por dejar de funcionar, produciendo una disfunción eréctil permanente acompañada de intensos dolores.

Porque, recordemos que lo que se está haciendo con esta práctica es básicamente romper el pene para que este se vuelva a “regenerar”.

La idea de un pene más largo igual a más placer, sigue siendo uno de los mitos más extendidos de la historia de la sexualidad, y los sexólogos intentamos desde la educación sexual, derribarlos.

Está claro que todo es cuestión de gustos, pero no podemos reducir todo nuestro placer a un pene o a ciertos centímetros, cuando la capacidad de placer y orgásmica tanto en hombres como en mujeres es muy diversa, solo es cuestión de probar.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

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