Vivir sola es muy divertido hasta que te toca ponerte una crema en la espalda o vivir una pandemia mundial. Después de haberme hecho un Marie Kondo, leer 200 libros, digievolucionar en Chicote y pasado Netflix 4 veces, he dado positivo… en ser un poco fresca. Que estoy salida como una perra, vaya.
¿Usando el satisfyer hasta para varear olivos? ¿Publicando viajes que no vas a hacer en Blablacar para conseguir teléfonos de hombres? Amiga, la cuarentena te ha puesto como un becerro recién destetado. Estás tan salida que te huele el coño a paseo marítimo. Y LO SABES.
Sin nadie follable a la vista, salgo al balcón para recrearme pensando que tengo un affair con el barbas del edificio de enfrente. «Aplaude, aplaude así, con fuerza, dale tan fuerte a las manos que me tiemblen las piernas«. Porque la verdad algo que me ofende profundamente es que lo único agarrado a mi pecho sea un resfriado del demonio. Mi vida sexual se resume muy bien con la imagen de abajo.
Comes, ríes, lloras y te tocas a partes iguales. El tiempo pasa a la misma velocidad que si te estuvieran masturbando mal. Pero mira, no todo va a ser malo. Han puesto Pornhub y Tinder Passport gratis así que después de la cuarentena voy a acabar teniendo dos novios en Italia y uno en San Francisco.
¿Y es cosa mía o a vosotras también os están escribiendo ligues del pasado con la excusa de ver cómo lleváis el confinamiento? Gente súper random que ya ni tenías anotado el número de teléfono porque les pica la pepita. Segundo ex novio que me pregunta. A la vuelta del encierro me caso.
Y aprovecho para decirles a todos aquellos con pareja que vivan distanciados y comparten piso con otra persona, los cuernos en cuarentena NO CUENTAN. Esto es así, a ti te encierran en 50 metros cuadrados con alguien un mes y medio y acabas fantaseando aunque sea el chino de la peluquería. Durante el estado de alarma, todo polvo cuernil debería quedar perdonado. Cómo entiendo ahora a Estefanía de la Isla de las Tentaciones.
Espero que las que estéis acompañadas folléis mucho, porque yo cuando salga de aquí voy a buscarme un maromo que me deje temblando como un cervatillo recién nacido. Mientras tanto voy a disfrazarme de timbre a ver si alguien me toca.
