Se ha acabado Juego de Tronos y la vida sigue, aunque algunas personas no sepan cómo.

¿Cómo llenar ese vacío, esa sensación de abandono que te han dejado esos personajes a los que has querido más que a algunos miembros de tu familia?

Los que no hemos visto la serie de las series por excelencia y conocemos a Jason Momoa por la Reina Emma Primera, a veces no entendemos el dramatismo. A mí me pasa, miro a mi marido en el sofá sintiendo ese vacío y pienso «vaya dramático que me ha salido el señor» pero luego me acuerdo de algunos de los dramas elevados a la máxima potencia que me montó yo misma y lo entiendo. Un poco al menos.

Total que GOT se ha ido de nuestras vidas y mi marido se ha quedado sólo en el sofá después de cancelar su suscripción a HBO.

GOT ha llegado a su fin y, como pasa siempre con la mayoría de los finales,  no le ha gustado a la gente. Así que doble drama: el drama del final de la serie y el drama del «menuda mierda de final».

Al llegar del trabajo lo veo ahí, sentado con el mando en la mano, mirando una y otra vez el catálogo de Netflix, añadiendo series a su lista de pendientes pero sin arrancar a ver ninguna. Como si tuviera miedo a comenzar una serie y que no sea digna sucesora de la de los 7 reinos, como si existiera la obligación de que la serie elegida fuera la siguiente serie del siglo…. y le arrebato el mando y le pongo Gossip Girl, o Jane The Virgin o cualquiera de esas series de mierda que me encantan.

Y se desespera, coge su Ipad y se mete en no sé qué webs y empieza a ver fotos de los personajes. Pobrecillo, los echa de menos….

Sin esperarlo, pone el mute en la tele y comienza a explicarme quién es quién en cada foto. Continua con los que están muertos. Seguimos con los que están vivos. Después vienen los lazos familiares.

No sé como la noche del lunes se ha transformado en una master class de Juego de Tronos.

 

Hago que atiendo, como en aquellas clases del instituto en las que el profesor explicaba y tú ponías cara de atenta aunque en realidad estabas pensando en lo que ibas a hacer a la salida,  cuando de repente me sorprende con un giro inesperado: ha empezado a enseñarme fotos de todos los protagonistas desde la primera temporada hasta la última. ¿En serio? ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Me casé en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza y en lo que queráis, pero nadie hablo aquel día de «en el final de Juego de Tronos».

Por mucho que en la reducción de gastos del próximo mes se encuentre la cuota de HBO, está claro que está gente necesitaba una preparación. Una terapia de grupo en streaming para prepararlos a la vida de después. Han estado durante años viviendo, en parte, para esta serie y su manía de matar a todo aquel que se cruzaba por el medio y de repente ahora, han salido los títulos de crédito y esta gente se ha sentido abandonada y eso no hay cuota que te ahorres que lo compense.

En un atisbo de esperanza, de haber encontrado esa serie que calme su sed,  me habla de WestWorld, pero creo escuchar que hasta el 2020 no hay nueva temporada. Señores de HBO, esto es un fallo de programación. Alguien os lo tenía que decir.

Hoy aún no nos hemos visto por aquello de la conciliación imposible en nuestro reino pero ha llenado su twitter de spoilers por si alguien no ha visto el final ya y ha vuelto a mostrar su indignación por el café del Starbucks y ahora la ha tomado también contra una botella de agua…. Creo que lo estoy perdiendo.

Voy a comprarle fuego valirio para que se dé al alcohol y  voy a poner esta foto de fondo de pantalla para recordarle que aquí, aunque republicana, la reina de los siete reinos soy yo, aunque no tenga un dragón que vengue mi muerte llegado el día.