Si abres el cajón de mis bragas (y supongo que el de muchas de vosotras), vas a encontrarte con bragas de diferentes formas, tamaños y colores. Además de sujetadores, calcetines y pantis pero vamos a lo que nos interesa hoy, a los diferentes tipos de bragas que pueden encontrarse en el cajón de las bragas:

 

  • Las bragas hechas mierda que te pones cuando tienes la regla o en un día con los ánimos por lo suelos. Suelen tener un color chochomona (desgastado). Que ya no sabes si cuando las compraste eran negras, grises o blancas, que llevan una Minnie a la que le falta media cabeza y que a la goma de la cinturilla ya no se le puede llamar goma porque no hacen ni el intento de apretar.

 

 

  • Las bragas de diario: normalmente de algodón o microfibra, tipo bikini o hipsters (mis favoritas sin duda). De cualquier color y estampado, con su flor o lacito adornando la cintura. 

 

  • Las bragas sexis: ya sean tangas o brasileñas. Con encaje, algodón o microfibra. En todos los colores y que pagas por una de ellas lo mismo que por 5 de las de abuela o de las de diario. Que te las pones en ocasiones especiales, sobre todo cuando buscas acabar la noche sin ellas puestas.

bragas para no follar

A esta clasificación estoy segura que cada una de nosotras podríamos seguir añadiéndole tipos diferentes de bragas, por eso yo he decidido añadir el siguiente:

LAS BRAGAS PARA NO FOLLAR.

Podéis pensar que me estoy refiriendo a las bragas cotrosas o a las de abuela. Incluso a las que te pones a diario, porque imagínate a tu cita en cuestión bajándote los pantalones y encontrándose con unas bragas rosa pastel adornadas con una Kitty que come un cupcake de fresa… Que habrá a quien le ponga las bragas infantiles claro… Pero no me refiero a esas, me refiero a unas bragas que tengo que siempre que me las pongo me quedo sin mojar.

 

Si te hago ordenar mis bragas en cuatro montones: las hecha mierda, las de abuela, las de diario y las sexis, no dudarías en ponerlas en el segundo grupo. Las dichosas bragas me costaron 15€, me enamoré de ellas al verlas en el escaparate de la tienda. Con corte hipster, de color negro y todas de encaje, que no dejan nada a la imaginación y que me ponen cachonda hasta a mi cuando me veo en el espejo con ellas puestas.

Tan bonitas, tan sexis y con una maldición encima: las de no follar cuando me las pongo.

Y no es porque no quiera ¿eh? Son unas bragas que suelo ponerme los viernes o los sábados, días que sabes que vas a acabar retozando con tu marido de buena manera, sin prisas, días en los que quieres sentirte la diosa del sexo. Pero las dos primeras veces que me las puse no pasó nada y ya con la mosca detrás de la oreja decidí hacer la prueba definitiva.

Era un sábado por la noche y los niños ya dormían, hubo precalentamiento en el sofá acompañado de un gintonic para subir el ánimo y… NADA.

Mi señor

 Palabrita del niño Jesús, las veces que me las he puesto no he acabado con ellas en el suelo y retozando con mi señor como una cerda. También os digo que ahora que se han quedado con el nombre de “las bragas para no follar” me las pongo el día que no tengo ganas de hacerlo y a mi señor marido le aparto la mano de mi culo cuando empieza a amasarlo. Entonces soy yo la que se queda dormida y él el que se queda con las ganas. ¡Que las bragas tienen una reputación y no la pueden perder!

 

Alma Caro