Hace algunas semanas aquello de Tik Tok nos sonaba a algunas como algo lejano. Muchas que todavía no nos habíamos conseguido ni enganchar a Twitter… y entonces nos vienen con una red social de hacer bailecitos raros. Porque era así, veías un vídeo de esos y casi casi te daba una derrame cerebral. ¿De qué va ahora la generación Z moviendo el cuerpo como si los hubiera programado un ordenador?

Y si en un principio la intención era pasar y dejar a todos los post-millenials que siguieran enredando sus extremidades delante de la cámara… llegó una pandemia. Así, como si esto fuera lo más habitual de nuestra existencia. Nos confinamos en casa, nos aburrimos lo más grande y nos ponemos a enredar. De esta turbia manera empiezan esas etapas en las que todas, en mayor o menor medida, nos hemos encontrado al descubrir Tik Tok.

1ª Fase. Exploración

Lo que vendría siendo el caer en descargar la aplicación y ponerse a ver vídeos en bucle durante minutos que se convierten en horas. En esta etapa podríamos decir que hay dos subfases. La primera, en la que solo criticamos lo que vemos como si fuésemos auténticas jueces. La conversación de salón con nuestras parejas sería tal que así:

Yo: ‘Pufff, mira Carlos, aquí la gente de Tik Tok no tiene vergüenza ninguna…

Él: ‘Pues para no gustarte el inventito bien que estás tragándote uno tras otro.

En la segunda subfase estaría ya lo de empatizar en serio con los Tik Toks de los demás. Esto sería mearte de la risa con una broma viral o llorar a lágrima viva con un vídeo súper emotivo de un abuelillo abrazando a sus nietos. La cosa se empieza a poner seria porque Tik Tok ya no es para mofarse, para ti ya empieza a formar parte de tu día a día, te está atrapando y tú sin darte cuenta.

2ª Fase. Negación

En este momento vuelve a entrar de por medio esa persona con la que compartes cuarentena o lo que vienen siendo confidencias. Te han visto compartir un mogollón de vídeos de Tik Tok y ya su respuesta es que estás enganchadísima y que debería darte vergüenza a tu edad. Tú lo niegas, una y otra vez, si es que tienes clarísimo que esa aplicación es para niños. ¿Cómo vas a estar tú enganchada a una red social de críos de 15 años?

Aquí es cuando te has planteado desinstalarla, por tu bien y por tu reputación como mujer madura que supera los treinta. Pero te da penilla, sigues viendo cada vídeo, las recomendaciones y ¡ojo! Empiezas a imaginar cómo sería tu primer Tik Tok…

Tik Tok

3ª Fase. Creación

Llevas ya días guardando sonidos que te gustan sin atreverte a dar el paso. Has pensado muchas veces en ese primer vídeo, en lo que molaría, en lo gracioso que sería. ¡Pero si hasta te podrías volver viral! Te lo has intentado sacar de la cabeza pero no puedes, sucumbes. Te encierras en una habitación, porque eso de que te vean en pleno proceso no puede ser, y te plantas sin mucha idea delante de la cámara.

Te ha salido un truño, bonito pero truño al fin y al cabo. ¿Qué haces ahora? ¿Lo publicas, lo borras, lo reenvías hasta a tu madre? Llegadas a este punto las opciones son muy diversas. Por mi parte decidí hacer partícipe a todo el mundo. Si yo me metía en Tik Tok mejor que lo supieran cuanto antes. Ella, casi 35, familia con hijos, mujer con cero tiempo libre, Tiktoker en potencia.

4ª Fase. Defensa ante las críticas

Porque es lo que nos gusta al ser humano, criticarlo todo. Que has hecho ya un par de vídeos y ahora tus hermanos, tu cuñado, tus sobrinas… aprovechan el tirón para ponerte verde porque eres una inmadura. De repente la madurez de las personas se mide por las app’s que utilizan, ¡vaya novedad! Hay quien les hace frente riendo y pasando, quien los manda a la mierda o quien va a lo suyo y punto. Pero los que más molan son los que ya puestos dan uso de su mala leche para hacerles una buena putada y convertirlos en protagonistas de su próximo éxito. La venganza se sirve en Tik Toks virales, no cabe duda.

Es que parecía que eso de limitar ciertas cosas por la edad ya estaba muy pasado, pero hasta en el propio Tik Tok hay un millón de vídeos de aborrescentes adolescentes pidiéndonos a todos los adultos que abandonemos la aplicación. Porque vosotros lo digáis colegas. A mí que me enseñen en qué lugar de sus cláusulas legales pone que yo no puedo hacer el ganso en la red social porque rondo los 40. ¡Lo que nos faltaba!

5ª Fase. Inclusión

En tu familia ya saben que te mola más Tik Tok que el Satisfyer (bueno no, eso son palabras mayores). Incluso en tu casa están un poco hartitos porque ya no te cortas un pelo. Cuando antes te medio escondías para hacer un mierda-vídeo ahora planteas cada escena como si fueras Tarantino.

Yo: ‘Aquí en el pasillo el plano quejándome, y después entras tú y haces como que te sorprendes…

Él: ‘A mí no me metas en tus historias que yo paso.

Él pasaba hasta que le has gastado una veintena de bromas de los más viral. Lo has dejado enganchado a la nevera agarrando un huevo en la rendija de la puerta, le has lanzado unas cinco lonchas de chopped a la cara y le has hecho pensar que te ha roto el cuello haciendo crujir en tu boca un macarrón crudo. ¿Cómo no va a estar harto el pobre hombre? ¡Si es que tiene que empezar a cobrar una nómina por los trabajos realizados!

Y como tampoco quieres ser tú la pesada de turno te propones dedicarte al éxito en solitario. Te has dado cinco coscorrones intentado ponerte boca abajo en el pasillo de casa sin usar las manos. También has intentado hacer un baile viral usando a tu perro como pareja. Te has unido a la gran comunidad de dobladores de Chona o de La Que se Avecina… ¡y esto no tiene fin!

Todavía no sabemos cuándo terminará esta cuarentena, lo que sí está claro es que de aquí saldrá más de una artista nunca antes descubierta. Y la verdad es que eso de la edad nos importa más bien poco.

Mi Instagram (y mi Tik Tok ♥): @albadelimon

Fotografía de portada