Las gordas existen. En serio. No son unicornios ni sirenas u otros seres mitológicos. Por el mundo hay gente con tallas tan diferentes como amplia es una paleta de colores y, ¡mira que cosas! algunas de ellas son hasta buenas actrices. Entonces, ¿por qué COÑO el cine y las series las hacen desaparecer? ¿Es que no hay historias interesantes que contar que pueda protagonizar una tia que gaste más de una 38? ¿O es que resulta que el gran público no está preparado para ver chicha?

95346_540x308Venga, por favor… Que no nos jodan. Chicha tenemos todos. TO-DOS (y más después de Navidad). A quien le parezca dañino para la vista es que es un esteticista de encefalograma plano, como estos payasos de Foro Coches. Atentas al brillante comentario que le dedican a una serie de la que ya hemos hablado en WeLoverSize en más de una ocasión, My Mad Fat Diary: «¿Por qué las series dan esperanzas a las gordas y feas? Me parece incongruente e incluso un atentado a la salud pública pues todas van a dejar de cuidarse». El comentario no merecería replica, teniendo en cuenta que refleja una madurez de adolescente con acné y pústulas, si no fuese porque los guionistas de las series parecen pensar por el estilo. Y eso ya sí que da asco.

Mónica gorda en FriendsIntentad pensad en series dónde salgan chicas de talla grande antes de Rebel Wilson y su-más bien flojilla- Super Fun Night. A lo mejor os vienen a la cabeza aquellos flashbacks de Friends en los que Mónica recordaba a vergonzada sus días de sobrepeso en el instituto. Para hacerlo verdaderamente hilarante, los responsables de la serie deciden que embutir a  Courtney Cox en un traje de gomaespuma lo parte todo. Y oye, a la gente le debió de parecer la bomba, porque la receta se ha repetido hasta la saciedad. Uno de los últimos experimentos de este tipo lo vimos, precisamente, en la que quiso ser la nueva Friends y se quedó en el intento. Hablamos de Cómo conocí a vuestra madre. En el episodio 8×9 descubrimos que Robin es alérgica a la langosta y ya conocemos el caracter de la canadiense… Cuanto el doctor le dijo que no podía comer langosta nunca más, se rebeló y se zampó todas las que pudo, provocando una brutal reacción alérgica que le dejó este careto:

Versión gorda de Robin en Cómo conocía a vuestra madreSeguramente muchos de los que andéis leyendo estas líneas pensaréis que hay que tener muy poco sentido del humor para tomarse estos gags como una ofensa a las curvys. Y hasta ahí os lo podría comprar -el argumento, quiero decir- aún pasando por alto todas las gracias que se hacen a costa de las protagonistas de estas series cuando engordan que, joder, no será lo deseable, pero tampoco creo que sea para sacar el cilicio.

En otras tramas más actuales, cuando la actriz en cuestión sube unos kilos -por exigencias del guión o no-, por cojones hay que introducir una trama en la que la susodicha se someta a dieta para dejar atrás ese momento angustiante. Ahí tenéis, por ejemplo a Betty Draper en la quinta temporada.Os aseguro que se esmeran por ponerla a engullir en todos los planos que pueden y en que se suba a la báscula cuanto antes. Porque, claro, el gran público tiene que entender cuanto antes que para que una mujer así se vea en un tallaje semejante, sólo puede estar desequilibrada o ser una pobre ama de  casa desgraciada con problemas de ansiedad.

betty draper con kilos de masEn definitiva, las series nos dicen que las gordas somos un fallo en el sistema. Un tachón feo que hay que tapar y cuando no queda más remedio que evidenciar el fallo, lo mejor es hacerlo de manera discreta. Si el recurso de la gomaespuma no cuela ni los desordenes emocionales, entonces hay una solución perfecta: Poner a una no-gorda de gorda. Tal cuál.

Siempre he pensado que nos vendan a Sofía Vergara o Scarlett Johansson como chicas curvy, no acaba de colar. Todavía Kate Winslet  puede tener su pase, pero lo que ya es para nota, es que te hagan una serie –Diario de una doctora– en la que la actriz principal se supone que es una chica gordita y te encuentres con esta estampa:

diario-doctora-brenda-forever ¿En serio? ¿De verdad de la buena que no tenían a ninguna otra actriz que de verdad tuviese algo más que tetas para dar la talla? -Y nunca mejor dicho-. Debe ser que no. Por lo visto en las grandes producciones, si hay que sacar a una gorda de verdad es para convertirla en una freak.

En American Horror Story lo hacen al pie de la letra. En la última temporada introducen el personaje de Bárbara (Chrissy Metz), una obesa mórbida que se suma al circo para que los curiosos puedan contemplarla como un mostruo que devora pasteles de crema.  ¿Hay algo más cruel que eso?  Nunca penséis que lo habéis visto todo.

American Horror Story Freak Show 4x08 Blood Bath - Jessica Lange - Elsa MarsLa actriz Melissa McCarthy vio como le rechazaban hasta seis diseñadores de alto nivel para vestirla en la ceremonia de 2012. Ese año, McCarthy estaba nominada como mejor actriz secundaria por La boda de mi mejor amiga. Era su año… pero tenían que venir a recordarle que «no encaja» en Hollywood. McCarthy supo encajar el golpe y contraatacó lanzando una línea de tallas grandes pero… ¿De verdad hay que comerse toda esa mierda como si no pasara nada? El año antes de eso, el Boston Globe comparó a la actriz con un elefante, aprovechando que su vestido era de color gris….

Y luego nos sorprende que un diálogo como éste de Sarah Baker en Louie se haya convertido en un fenómeno:

Sarah Baker en 'Louie'«No, no, no. No te estoy preguntando si te has follado a una gorda, Louie. Eso seguro que sí. Todos lo habéis hecho. Cuando te conocí, si te hubiera dicho: ‘Ey, ¿te vienes al baño a echar un polvo?’. Claro que habrías venido. Pero no me refiero a eso. Me refiero a salir con una gorda. ¿Alguna vez has besado a una gorda? ¿Alguna vez le has entrado a una gorda? ¿Alguna vez has cogido de la mano a una gorda? ¿Alguna vez has paseado por la calle, a la luz del día, sujetando la mano de una chica tan grande como yo?Adelante, cógeme la mano. ¿Qué crees que va a pasar? ¿Que se te va a caer la minga por agarrar de la mano de una gorda?»

Este no debería ser un discurso rompedor. Es la puta realidad. No hay más…. pero se empeñan en hacer que parezca raro. Y lo es porque el gordo sigue estando relegado al personaje del triste secundario histriónico en la mayoría de los casos. Fijaos en series como A to Z. El mejor amigo del protagonista es un chico fondón y la mejor amiga de la protagonista, también (o al menos, en teoría, porque para mi gusto es otra falsa gorda). ¿Qué es lo más brillante que se le ocurre a los guionistas? Trama de amor odio en la que, al final, se supone que se juntan… y digo se supone, porque la serie ya está cancelada. Entre tanto, buscan una tercera en discordia que, ¡adivinad qué!, también es una talla grande.

novia de stu en A to Z¿Qué coño es todo esto? Parece como si la industria se hubiese inventado una especie de gueto del siglo XXI en el que los gordos sólo pueden liarse con gordos, vaya a ser que si no se extiendan. Hay que joderse.