Hace unos años, cuando se rompía una relación, cada uno se iba por un lado. Cada uno vivía su duelo. Y podía reconcomer su pena viendo fotografías, escuchando canciones con un pasado en común o releyendo SMS o notitas.

Depende de cómo hubiese sido la ruptura podías no volver a saber nada, podías encontrarte con la persona en cuestión de repente en el bar de siempre o recibir una llamada cuando pasase el tiempo.

Eternal-Sunshine-of-the-Spotless-Mind-Lacuna-Notice

Pero no. Ahora no. Ahora nunca vas a decir un verdadero adiós. Porque existe Whatsapp, Facebook, Twitter, Instagram o hasta LinkedIn. Aunque no lo quieras, aunque decidas no entrar en su perfil, si seguís siendo amigos en las redes, aparecerá cada foto en que le etiqueten de fiesta, de concierto o en una publicación tonta. Pensarás que cada canción que comparta está dedicada a ti. Que ha visto la película que queríais ver o está planificando un viaje a dónde tantas veces habíais pensado ir. De repente verás su nombre en tu pantalla. Aparecerá de pronto.

eternal-sunshine-of-the-spotless-mind-quotes-10

Puede que decidas dejar de ser su “amiga virtual”, pero los amigos en común, de vez en cuando, harán que sepas que se ha cortado el pelo, que se ha mudado, que salieron a cenar, que la pasada noche fue brutal.
Si todo esto no ayuda al duelo de la ruptura, puedes querer desaparecer de las redes durante un tiempo. Desintoxicarte de notificaciones, publicaciones y likes. No vendrá mal. Pero puede que a la vuelta te encuentres con algo de golpe. Ya no por fascículos. Te encontrarás con la nueva ella.

closer04
Una chica que empezará a salir en las fotos de amigos. Una chica de la que sabrás el nombre real o el nick. A la que pondrás cara en su foto de perfil. Que sabrás cómo habla en 140 caracteres. Una chica a la que le gusta utilizar el filtro Valencia y el Perpetua. Una chica a la que le gustan los mismos artículos que a ti.

Y ella es a la que besa. A la que abraza. Con la que duerme. Con la que comparte sus miedos. Ella es la que le hace reír y a la que le hace reír. Y un día, sin saber cómo, ella dará un “me gusta” a algo tuyo y sabrás que ella no sabe quién eres, que él ya no te nombra.
Y decidirás volver a desaparecer de esa exhibición pública. Pero ya da igual. Porque el duelo ha pasado. Ahora la tristeza es diferente. Ahora duele pero no rasga. Ahora el llanto se queda dentro.

Y vivirás con miedo a verles juntos en el bar de siempre. A coincidir en casa de unos amigos. A que sea ella quien le acompañe en ese viaje. Pero no pasa nada, el duelo ha pasado. Ya no duele, sólo es raro. El llanto se atasca en el pecho.
Y un día te toparás con ella de frente en un pasillo del metro.

– Creo que te conozco. – Te dirá ella.
– Y yo a ti.- Responderás. Y sonreirás, porque ahora también sabrás cómo es su voz.

 

Imágenes: ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’ (Anonymous Content This Is That Productions)  || ‘Closer’ (Columbia Pictures)