Apúntate este tip: cada vez que un amichi tuyo se vaya a vivir en pecador concubinato con el novio/novia, dale estos importantes briconsejos:

;) 1) Que tercericen la limpieza, por amor a dior;
;) 2) Que se compren una cama lo más grande posible. Lo más grande. A ser posible que de extremo a extremo se tengan que comunicar vía whatsapp.

Porque qué maravilloso sería el mundo si compartir cama fuese sólo aguantar ronquidos, abrazos con pierna no solicitados y doscientas siete visitas nocturnas al baño. Cuánta menos gente enfadada habría en la tierra, pero no es así. Hay que aguantar tantísimo más.

PIERNA NO, CREISI

Dirás tú: Qué despropósito más grande qué horror qué cosas dices si todo humano de éxito lo único que quiere es dormir apachurradito a su churri toda la noche cuchi cuchi bum bum

NO.

Nos pasamos la vida deseando compartir cama con alguien pero, cuando eso sucede, inevitablemente descubrimos que es lo peor. LO PUTO PEOR. Dormir en pareja es cualquier cosa menos un paseo por las nubes, un amanecer con la música de La vida es bella de fondo, pajaritos trayendo el desayuno en una bandeja y el maromo oliendo a recién duchado susurrándote al oído Buongiorno, principessa. 

¿AH NO?

Atención amiguitos, las guarradas no sólo ocurren en privado: ¡nadie en la vida nos ha preparado para enfrentarnos a estas guarradas que hacen todas -repito, TODAS- las parejas en la cama! 

SE TIRAN PEDOS

Según los científicos nos tiramos un promedio de 14 pedos al día y según mi investigación empírica el 99,9% de esas emisiones tóxicas ocurren mientras estamos durmiendo con alguien.

BIENVENIDOS A LA MASCLETÁ

SUDAN

Los médicos de mayor prestigio confirman que uno pierde el deseo de vivir la noche aquella en que nuestra pareja nos dice «abrázame que tengo frío, cari» y uno va y la abraza sólo para descubrir que lleva el pijama mojado, el pelo hecho una sopa, la piel chorreando y el corazón en Mordor, porque nadie que te quiera hace esto.

BABEAN

En cantidades biológicamente imposibles.

HOLA MI AMOR SOY YO TU LOBO

DEJAN MANCHAS

Muchas. Manchas. Muchas. Los judokas más respetados saben que no hay campeonato de Judo más duro que aquel que se celebra en las camas con vueltas, patadas, KOs, llaves y torceduras varias en una lucha encarnizada por el bien más preciado: las sábanas. Lo que los judokas no entienden es qué hace la gente peleándose por sábanas llenas de manchas de babas, mocos y/o dudosa procedencia (¡¿entendéis ahora lo de tercerizar la limpieza?!)

EL ALIENTO LES HUELE A LOCO

Porque, amichi, no: al amanecer las cosas no mejoran. Exhaustivos estudios psicológicos han determinado que la frase que más relaciones ha roto en el mundo es «dame un besito» dicha con el glorioso aliento a muerto de las mañanas.

CÓMEME LA BOCAH

Y aún así
A pesar de los mocos
Las manchas
Los sudores
Seguimos durmiendo con gente. Seguimos deseando una cama con dos almohadas. Seguimos pasando noches de insomnio, madrugadas pirotécnicas, mañanas de pésimo humor. Como si compartir cama con alguien, siendo todo lo malo que es, se convirtiera también (en una especie de truco mágico del universo) en lo más de lo más. Con babas, sudor y mascletá. Los científicos más renombrados aún no logran ponerle nombre a este especial tipo de magia.